De tú a tú

Ayer se reunió el Consejo de Política Fiscal y Financiera, organismo compuesto por los 17 Consejeros de Hacienda de las diferentes Comunidades de nuestro país, en la sede del Ministerio de Economía y Hacienda bajo la presidencia del Ministro del ramo Pedro Solbes. Hacia Madrid marchó Antoni Castell, conocido nacionalista (él se reafirma en ese dato ideológico por encima de cualquier otro), y como era de esperar hizo notar sus argumentos. La línea de fuerza de su pensamiento es la Cataluña pleistocénica e indefinible, un país por formar al que le cabe ganar graduales cuotas de soberanía y decisión y ahora tiene la esperanza de que su equipo pueda lograr ese hito histórico de la segmentación aprovechando este envite de la negociación sobre la financiación en la línea estatutaria. No entiende Castell de solidaridad, de progreso español, ni de igualación social (demagogia que utilizan otros socialistas) entre todos los españoles garantizado por el pago de los impuestos en todos los rincones de la nación, no concibe Cataluña como agrupación de ciudadanos libres que cuentan con una autonomía funcional indisociable del proyecto español, no. Los ciudadanos somos impositores que sumados damos como resultado territorio, país, Cataluña, estadística, balanzas fiscales con las que agitar los fantasmas "del expolio fiscal" que sufrimos por parte de esa entelequia llamada Estado. La negociación del Estatut legalizó la asimetría, la bilateralidad, el federalismo nacional, la cesión del 50% del IRPF e IVA y el 58% de los Impuestos Especiales, al margen de garantizar unas inversiones en nuestro territorio del 18% del PIB nacional (cálculo de la aportación catalana) durante 7 años, entre otras cosas. Se ha puesto en marcha un mecanismo imparable, que llevará si quieren los nacionalistas y los demás nos dejamos al federalismo obligatorio, a una confederación de repúblicas de taifas o a la liquidación del mismo Estado. El PSC, ha asumido en su estrategia ese carácter federador, que recoge el Estatuto, como fórmula de artículación del Estado. Solidaridad la justa para garantizar Servicios Sociales, Sanidad y Educación y punto. Marchó Castell a Madrid armado con esos argumentos hablando de política "La unidad de Cataluña es esencial. En cuestiones de autogobierno es importante que Cataluña se presente unida, así se escuchará una voz que representa al conjunto de Cataluña". Efectivamente el día anterior se reunió con CiU que le dió su respaldo para enfrentarse con Madrid "formando un frente común frente a Madrid". Hemos visto reunirse a la dirección de ERC con Alicia Sánchez Camacho y su equipo para ampliar esas fuerzas, esa firmeza ante el Estado (claro que los pperos, sensibles a la mejora financiera y estando de acuerdo en apoyar, reclaman un entendimiento de todas las autonomías). Se presentaba ante sus pares un amenazante Castell "Confío en que el Estado sea consciente de lo que nos jugamos mucho y todos seamos consecuentes con el Estatut que firmamos"(¿se jugará la cartera este señor?). Las palabras de Solbes, entredichas y confusas, negando la negociación bilateral de tú a tú entre el Gobierno y la Generalitat (recogida en el Estatut), subordinando los acuerdos finales a las aspiraciones y negociaciones con todas las autonomías, no gustan al nacionalismo catalán de dentro y de fuera del Govern de la Generalitat porque "es una vulneración del Estatut, ley orgánica vigente". Pretenden un enfrentamiento, mayor o menor con España, en la líneas de muchas otras desavenencias encontradas y generadas por el poder, están al límite de un enconado enfrentamiento entre españoles. Calientan el ambiente para hacerlo irreconciliable. Castell ha dado la nota en Madrid, en donde en general los socialistas callan y otorgan, mientras los populares estan en su terruño y se cuidan. Dicen, que habrá una propuesta de bases para el otoño desde el Ministerio de dificil conjunción. De momento el 28 de este la Comisión mixta Estado-Generalitat se reune en Barcelona, en contacto bilateral, para analizar bajo la luz del despliegue estatutario el sistema global de financiación. Sabemos quién tira y quién afloja en el desarrollo de estos diálogos, ahora bien lo que no sabemos es ¿cuanto?.