Las encuestas tienen el valor que se les supone, es decir, a veces mucho, otras escaso; los estadísticos encargados de confeccionarlas tienen que encontrar el momento mas sosegado, elaborar un cuestionario lo mas aséptico posible, realizar el muestreo con cierta fiabilidad (extrapolando unas pocas opiniones que reflejen lo mas exactamente la opinión mayoritaria), y realizar el trabajo científico final extrayendo las conclusiones del sondeo (el resultado final siempre tiende a favorecer al poder que encarga la encuesta). Uno de los datos mas interesantes de la última encuesta progubernamental del CIS, correspondiente al mes de abril, se da en la valoración nacional de nuestros líderes políticos; en ella Josep Antonio Duran Lleida (secretario general de CiU) es para los españoles el político mas valioso al concederle 3,74 puntos sobre 10, seguido por Rosa Diez y Zapatero, ambos valorados en 3,71 puntos; por detrás está Paulino Rivero (CC) con 3,14 puntos y Mariano Rajoy con 3,09 (muy atrás queda Cayo Lara de IU con 3,01 puntos, Puigcercós con 2,51, Urkullo (PNV) con 2,46 y otros). Una de las primeras preguntas que cabe hacerse es la de que debemos estar mal, haber hecho alguna malvada fechoría o padecer alguna enfermedad contagiosa, cuando la mayor credibilidad política se la entregamos a uno de los representantes de la coalición nacionalista mas destructiva; que Duran sea para los nativos de nuestro país el genuino representante de la sensatez ideológica por su fotogénica huida al centrismo reclamando un gobierno de emergencia nacional (cuando toda la pose es especulación electoralista desmentida por Mas). La segunda reflexión cae de cajón: todos los políticos han sufrido un varapalo monumental en la apreciación colectiva al recibir unas valoraciones ínfimas, con lo que se confirma la desafección ciudadana, el que para la percepción ciudadana (todos los políticos son iguales) el político se ha convertido a un grupo cerrado que defiende intereses contrarios a los de la ciudadanía; la política equivale a corrupción, y el representante es un problema grave. Por eso los políticos merecen un suspenso. Esa tendencia a la colisión con la clase política se aprecia mejor si contemplamos la anterior valoración de enero de este mismo año: Rosa Diez (UPyD) entonces llegaba al 4,08, Duran Lleida, al 3,78, ZP 3,98 y Rajoy el 3,50; todos han bajado, todos suspenden respecto a los anteriores sondeos. Un problema fundamental para España es la desconfianza que inspiran los grandes líderes nacionales: a Zapatero no le creen capaz el 75% de los españoles, a Rajoy el 82%. ¡Por favor, necesitamos profundos cambios políticos para asegurar la democracia interna de los partidos, su fiscalización, y una nueva ley electoral que asegure una representación lo mas proporcional posible que prime, por encima de la territorialidad, la pervivencia de nuestra nación!
martes, 11 de mayo de 2010
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