viernes, 23 de octubre de 2009

La ciudad sin ley

Esta mañana un motorista ha descargado dos tiros a un automobilista que circulaba por Sant Andreu; un caso más entre los cientos de miles de delitos que asolan nuestras calles; hay quien asegura que BCN se ha convertido en la guarida ideal para las organizaciones del crimen de todo el mundo. Las fuerzas de seguridad merman en su eficacia en base a los roces competenciales: la policia nacional y la guardia civil, se dedican al terrorismo, fronteras, y represión del tráfico de estupefacientes, los mossos cubre el orden público y la seguridad ciudadana en colaboración con la policía municipal; indudablemente en nuestra sociedad existe un vacío de poder que aprovecha el delito organizado. En esta especie de asentamiento, los propios delincuentes han manifestado que aquí es un lugar en donde el crimen resulta gratuito, los policias trabajan viendo en vano salir al detenido por la otra puerta, la prensa internacional advierte de los peligros de BCN calificando el Raval y las Ramblas como dos de los lugares mas peligrosos del planeta, y tambien la propia fiscal general Teresa Compte indica "que es una zona de impunidad creciente"; en el informe sobre el crimen en el -08 se expone que han aumentado los robos a casas y tiendas un 142% respecto al año anterior, la delincuencia juvenil el 7%, la pederastia un 65%, las agresiones sexuales un 9,2% y los homicidios un 71%. Además ha desaparecido "el honor" como hábito de conducta entre los enemigos de la seguridad, ahora lo mismo apalizan a un anciano para robarle la jubilación, a un tullido, una embarazada o a un cuponero; ahora hay un plus de salvajismo en el delito que soportan los mas indefensos. El criminal cuenta con ventajas increibles, si el robo no supera los 400 eu y paga la multa, sale libre y sin antecedentes (consideran que es una cuota a soportar por el negocio); y a pesar de que la ley envía a prisión al caco que ha cometido en un corto espacio de tiempo cuatro delitos, la disfunción judicial o desconocimiento de lo que pasa en otros despachos la hace irrelevante. La fiscalía defiende modificaciones en el Código Penal reimplantando el arresto menor para reincidentes y penas menores en todos los casos; repitiendo sus palabras, vivimos una situación "que genera, perplejidad entre la ciudadanía, frustación en la policía e impotencia entre los fiscales". El buenismo circundante se atreve a hablar de una especie de salida a la superficie de la soterrada lucha de clases. Viví hace tiempo una situación en la línea-3 del metro: un ejecutivo japonés entró precipitadamente en el vagón mirando hacia atrás, llevaba un maletin ligado con esposas a su mano izquierda, le siguieron violentamente dos jóvenes de aspecto extranjero que comenzaron a golpearle brutalmente; ahí teneis al oriental por los suelos, siendo pateado y robado en cosas secundarias, boligrafo, cartera, móvil, etc., pero en la principal se defendió abrazándose desesperadamente a su maletín logrando salvarlo; en la siguiente parada los ladrones huyeron a toda velocidad y el personaje se levantó, se sacudió el traje y nos sonrió; nadie en el vagón reaccionó, nadie contestó a aquella sonrisa, a algunos la sorpresa nos dejó con la boca abierta. Es verdad, aunque suene a sarcasmo, en esta selva criminal en la que se transforma nuestra sociedad, y que tiene tanto que ver con la política, las cosas de la calle son cosas secundarias, son conflictos clasistas, que todavía pueden ir mas allá y escandalizarnos de verdad. La pregunta a hacerse consiste en advertir las auténticas relaciones entre los intereses de los politicos y el crimen.

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