viernes, 30 de octubre de 2009

El sentido de propiedad

Los españoles somos esa clase de individuos que se apegan a la propiedad inmobiliaria; ser propietario nos dá seguridad en el futuro, porque la vivienda (derecho constitucional) es un bien inapreciable y caro; la gran mayoría rechaza otro tipo de inversión, dándole prioridad a la posesión de ese tipo de bienes para encarar un incierto futuro; ya se sabe con la pobre pensión de jubilación de la mayoría de ciudadanos si le pueden sumar el importe de un alquiler se puede ir tirando y si al final terminas en una residencia de ancianos, te atenderan utilizando el piso como moneda de cambio. Aquí no cuajan otras ideas sobre inversiones, intereses del dinero a plazo, mercado de valores, planes de pensiones, etc., nuestros conciudadanos necesitan una casa en propiedad para vivir y para crecer, es una especie de filosofía de vida que nos sedentariza. Pero la crisis económica está causando estragos en nuestros esquemas; la juventud y los inmigrantes son incapaces en las actuales circunstancias de adquirir una vivienda enfrentandose al pago de una hipoteca y consecuentemente se dispararon las demandas de vivienda en alquiler y en ese contexto sufrimos los peores vicios del sistema de renta: alquiler compartido, aglomeraciones humanas en pequeñas superficies utilizando el inquilino el subarriendo de otras familias, ruptura de la convivencia en las comunidades de vecinos, alza de precios y abusos de todo tipo. El gobierno zapateril puso en marcha una Sociedad Pública de Alquiler que ha resultado un fracaso; el tripartito mantiene otra, heredada, cuyos resultados son bien escasos salvo el enchufe de conmilitones, y creo que también resultaron fallidos los intentos de inventariar forzando a la propiedad al alquiler obligatorio bajo pena; el tripartito en plena desorientación sí ha conseguido asentar en BCN un potente movimiento okupa (pijonecesitadodevivienda) en sintonía con su gobierno; los pobres de solemnidad, me imagino, se apañan ocupando también lo que pueden. Reforzar el mercado de alquiler ha sido una prioridad para todos los grupos políticos; el mismo gobierno se ha apuntado un tanto con el decreto de apoyo al alquiler a los menores de 30 años; sin embargo la profundización en el tiempo de la crisis económica ha hecho cambiar las cosas de forma importante; la inseguridad en el cobro del alquiler es la moneda corriente; fuentes del Fichero de Inquilinos Morosos, advierten que el indice de inquilinos morosos aumentó el 1er. trim-09 en un 12,2%, siendo la deuda media de alquiler de 7.6oo eu. De esa manera se frena la tendencia natural a la baja del precio de los alquileres al frenarse la oferta de los arrendadores. Una de las novedades políticas está en la aprobación de una ley de fomento y agilización procesal del alquiler; hay que tener en cuenta que en España entre dilaciones y proceso, intervención de la asistencia social y otras cosas, se podía tardar en acceder a la propia vivienda varios años, encontrándose con la devolución de las llaves, un piso pendiente de rehabilitar; ahora el proyecto de ley prevee "el desahucio express", facilitándose una salia inmediata al impago de la deuda mediante negociación y condonación por parte del casero de parte o toda la deuda, y si no el desalojo se producirá en un plazo máximo de quince días; el propietario podrá instar la demanda de desahucio al mes de producirse el impago. Es posible que de esta manera, y si la justicia cumple, vuelva la tranquilidad a tantos españoles cuya fuente de subsistencia reside en ese dinero. Es la única manera, que entiendo, se puede revertir nuestra tendencia milenaria a la propiedad, inundando el mercado de edificios y locales, que ajusten la oferta y la demanda a las necesidades de la población, acabando con la perniciosa especulación.

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