miércoles, 14 de octubre de 2009

Un Estatut a la fuerza

No sé si era Josep Pla quien afirmaba que Francesc Macià era un señor que se paseaba por las Ramblas, que hablaba poco, y que en las reuniones políticas su discurso resultaba insustancial (siempre decía lo mismo). Naturalmente, hoy es un mito catalanista, y para el ex-maoista Montilla al frente del tripartito resulta incluso el ejemplo a seguir en la defensa del Estatut. El President repite "nadie impedirá que convirtamos en hechos nuestra voluntad de autogobierno" en referencia a los recursos de inconstitucionalidad presentados ante el Tribunal Constitucional. Esa referencia sutil al trabajo del alto órgano judicial está precedida por una cascada de declaraciones, a cual mas peyorativa sobre el mismo, de la clase política; el mismo PP genera contradicciones internas, afirmando a la defensiva, que aceptará cualquier decisión del citado tribunal considerando natural el resultado estatutario. Las presiones sobre los jueces suben de tono, adquiriendo tal fuerza, que el Gobierno de la nación en fila india y al paso de la oca desfilan por BCN con ZP o Mª Teresa Fernández a la cabeza, hablando o dejando entrever que la sentencia definitiva, que se espera en este mes de octubre, será positiva para los intereses de la clase política catalana (y al pueblo que le vayan dando). En acto de acatamiento hacia esa voluntad de autogobierno son recibidos por el "carismático" José Montilla en el Palau de la Generalitat de BCN. Y es que el mismo Maragall, saltándose a la torera, la Ley de Referendum constitucional, llama a responder al TC, convocando una nueva consulta en Cataluña. Jordi Pujol, padre del catalanismo separador, decía en el 150 aniversario del nacimiento de Macià ¿ha apelado a Cataluña? a reaccionar con firmeza, con dignidad y a no claudicar; ante lo que él considera una situación dificil de Cataluña, "se exige una respuesta contundente del Govern, de la oposición, del Parlament y de la sociedad, es decir, una respuesta del país. CdC, se ha significado en esa rotundidad y ligereza verbal empezando por Artur Mas seguido por la manada nacionalista, y ahora lo culmina su "President de honor", al desautorizar politizando y descalificando de antemano las deliberaciones del órgano judicial garante de nuestro sistema democrático. Asociaciones cívicas próximas a CdC, como Omnium Cultural, vienen llamando a la movilización y a la desafección generalizada. Me hago esta reflexión, después de haber leido el editorial de LA VANGUARDIA, del que según malas lenguas se señala como órgano de prensa oficioso de CdC, que firma José Antich, precisamente el dia 12 de octubre (día de la Hispanidad. Casualidad?); el título es elocuente "Banderillas al Estatut" y lo comienza hablando de la "paciencia franciscana de la opinión pública catalana que sigue los debates del Tribunal Constitucional (menuda incongruencia) aprobado en referendum por la ciudadanía en jun-o6. Cuarenta meses de debate jurídico para arbitrar los desencuentros..... No es ningún secreto que se busca un redactado que permita la constitucionalidad de determinados artículos aunque sea a costa de violentar el espíritu de quienes lo elaboraron". Continúa escribiendo sobre el escaso prestígio del Alto Tribunal, señalando sus dudas sobre su independencia añadiendo que sus decisiones dependen de otros órganos del Estado..... Termina haciendo un símil, "el Estatut está siendo tratado como un toro en medio de la plaza, le cogen los banderilleros, picadores, torero y así hasta que las mulillas se lo llevan con sus mulilleros. No era eso lo que esperábamos cuando apoyamos el Estatut y pedimos el voto afirmativo". El diario, siguiendo las consignas del poder, queda claro, está en su labor de acoso y derribo del Estado. Poco importan las declaraciones de las diferentes Asociaciones Judiciales, que anticipadamente, habían reclamado respeto y libertad para los jueces y para el trabajo del Constitucional. Para el poder político, esas consideraciones sobran, la independencia judicial es perfectamente bizcochable. Curiosamente en el penúltimo caso de corrupción Millet-Palau de la Música, LA VANGUARDIA, oscureció la información trasladándola finalmente a las páginas de economía y a ligeras pasadas editoriales. ¿Porqué será?. Respuesta, la excepción confirma la regla, para qué hacer sangre si este diario es el puntal más firme del añorado Oasis. Línea editorial, la bondad existe, somos nosotros, la maldad también, son ellos. Poco importa que a la ciudadanía le importe un comino el Estatut, tendremos Estatut a la fuerza.

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