martes, 6 de octubre de 2009

En estas sagradas tierras

En nuestro Oasis todo resulta extravagante. ¿Cómo puede aparecer un personaje como Millet, tan puesto, como delincuente cogido in fraganti por la fuerza de la ley española ante un mundo global que nos adora?. Inexplicable que un catalanista de pro, miembro del G-16, ese grupo reducido de familias de la burguesia más nacionalista sea maltratado y humillado a la luz del día por ese poder mediático y político que vive fomentando la crispación de nuestra colectividad. La sociedad catalana, en una especie de catarsis vive obsesionada con ese dato de la corrupción que contamina universalmente a toda la clase política, o sea al PUC (Partido único catalanista), abarcando desde el PP al extinto PI de los Colom-Rahola. No quiero detenerme en ese colectivo bien protegido en esa jaima de nuestro desierto afgano disfrutando de la bíblica "leche y miel" que les conceden nuestros sufridos impuestos, quiero hacer un suscinto aporte colateral a través de la señora Rosa Garicano, directora general de la fundación y vocal en la junta directiva del Orfeó, a quien la mencionada junta ha pedido la dimisión atendiendo que es responsable del caso como directora en la gestión del Palau y colaboradora de Millet. Esta señora alegando razones de "honorabilidad", rechaza dicha posibilidad de cesar y puesto que se considera "trabajadora" del Palau reclama negociar y recibir una indemnización. Malas lenguas hablan de que percibía salarios de fábula, incomparables en la empresa privada, con pluses de unos 100 mil euros el año pasado, y trato privilegiado. La señora Garicano se presentó a declarar acompañada de su marido Xavier Ribó, hermano de nuestro amigo Rafael Ribó actual Sindic de Greuges de la Generalitat de Catalunya. El cuento está en remontarse a los viejos tiempo que recoge la hemeroteca de LA VANGUARDIA a la fecha del 2/6/70, en donde en la sección "Ecos de Sociedad" y que resumo, se recoge lo siguiente "En la basílica de Santa Maria del Mar se celebró ayer por la tarde el matrimonio de la señorita Rosa Garicano Rojas, hija del Ministro de la Gobernación don Tomás Garicano Goñi, con don Xavier Ribó Massó. A los acordes de la marcha nupcial, la novia de blanco del brazo de su padre fué entregada al pie del altar al contrayente que llegó antes acompañado de su madre. Firmaron como testigos entre otros, el ministro comisario del Plan de Desarrollo Laureano López Rodó, el subsecretario de Gobernación, Santiago Cruylles, Camilo Juliá de Bacardí, marques de Juliá, general auditor del cuerpo jurídico militar, y por parte del novio, entre otros sus hermanos Ignacio, Luis y Rafael Ribó Massó. Entre parientes y amigos estaban Juan Antonio Samaranch, delegado nacional de educación y deportes, Enrique Ramos, delegado nacional de provincias, el capitán general de Cataluña, don Alfonso Pérez-Viñeta, el gobernador civil de BCN, Tomás Pelayo Ros, el alcalde de la ciudad señor Porcioles, el Presidente de la Diputación sr. de Muller y el general gobernador militar el infante don Luis Alfonso de Baviera. También estaban los directores generales del Ministerio de la Gobernación, a mas de los Gobernadores civiles de Madrid, Pamplona, Baleares, Gerona, Castellón, Guipuzcoa, Sevilla, Valencia, Tarragona y Ciudad Real, entre los numerosos parientes del novio estaban el Duque de la Victoria, el conde de Godó, etc. etc. En todos los casos también estaban presentes las respectivas esposas. La ceremonia la celebró el jesuita padre Colomer, catedrático de teología de Sant Cugat". En fin no quiero cansarme, ni aburrir. Es el nacionalismo catalanista visto a través del tunel del tiempo del franquismo. En un tiempo en que la represión del Régimen se cebaba con los demócras, se entiende y comprende la enfermedad identitaria que poseyó a nuestro personaje el renombrado y honorable Rafael Ribó, Sindic de Greuges (actual valladar independentista), convirtiendole desde entonces en killer de la izquierda solidaria y transformadora protagonizando aquella extraña alianza marxista-leninista por los desiertos afganos en donde pretendía expandirse el imperialismo sovietico, bajo la alargada sombra de Stalin, convirtiendo en la práctica "el nostre petit pais" en fuente doctrinaria del sectarismo. En aquella asombrosa alianza intrapsuquera, participaron también los Antoni Gutierrez, Vazquez Montalbán, Frutos y otros, y triunfantes se aupó a cuchilladas Rafael Ribó a la secretaria general del PSUC abogando novedosamente por "un catalanismo de izquierdas?", hoy tan trillado e intelectualmente asumido en la izquierda oficial que incluye al PSC. Entonces y hoy, los ciudadanos más criticos hablaban de "pujolismo de izquierdas", ajustando las cosas a la realidad. Y hoy se rien a carcajadas. Y es que el caso Palau, que reflota la porquería de la charca, es un acta notarial que saca a relucir viejas y modernas vergüenzas.

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