miércoles, 16 de julio de 2008

La Expo


No pienso ir a la Expo de Zaragoza, como tampoco lo hice a la de Sevilla. No disfruté con las Olimpiadas del 92 en mi ciudad, es mas rehuí a Barcelona prefiriendo alejarme del "movimiento olímpico" que transformó a muchos ciudadanos en alegres comparsas. Me niego a formar parte del chou habitual que arrastra a la gente de aquí para allá. Si Madrid consigue unas Olimpiadas enhorabuena a los espectadores que tienen como guía espiritual la programación de la tele, siempre confiando en que su ciudad crezca desde el punto de vista humano y todos sean felices, aunque para mí el asunto sea intrascendente. Como si Valencia consigue la Gran Regata o el Gran Circuito, a mi plim. En el horizonte de todos los políticos que tocan chicha, está el convertir a su ciudad, comarca o paisanaje, en elemento singular universalmente reconocido, capital cultural, ciudad monumental, patrimonio de la humanidad, etc. etc. Si el dedo de la conveniencia política se detiene en tu puerta, ¡hala! te ha tocado la loteria, tienes garantizado para tí y tu partido durante años el poder y el respeto. Sabes que el Gobierno de la nación y el regional están obligados, ¡quién lo duda! y arrimaran el hombro solidario, dándole la vuelta al calcetín de la abuela, para que tu región o ciudad alcancen un éxito arrollador. Hay que gastar. En eso ha desembocado al final la ideología transformadora (de cambio social) intrínseca al socialismo dominante, o el desarrollo que abre la inversión del Estado a la iniciativa particular para crear riqueza según la visión conservadora. Se construyen infraestructuras y edificios, se trocean las calles, se abren ramblas y paseos, se construye y se diseña, se construye mas, a imagen y semejanza de la jerarquia local. Y si una ciudad ha gozado las mieles, las otras se colocan a la cola. Como papanatas la gente abre la boca admirada. Dicen que a la Expo de Zaragoza inaugurada el 14 de junio han asistido ya 1,4 millones de personas y esperan muchas mas hasta su cierre en septiembre, dicen también que muchos visitantes son catalanes. Perfecto, pero no pienso ir. Además en este caso, después de la llamada "guerra del agua", inaugurar una Expo en torno al agua, apoyandose en el rio mas caudaloso de la peninsula, aparece como una provocación hacia todos los españoles del levante-sur o como un sarcasmo. Zaragoza, capital española donde las haya se ha convertido en otra cosa, recatada, primitiva y desconfiada. El agua pasará bajo su maravilloso puente, dejará Aragón y se perderá por el Delta en el Mar Mediterraneo, sosteniendo una economía, que como en el caso del Delta se basa en el despilfarro, es decir, en la inundación de los cultivos, incluso en tiempo de sequía. Es la naturaleza. Dicen las autoridades socialistas de Zaragoza que un 70% de los visitantes de la Expo asegura que a partir de esta visita han cambiado su actitud y "haran un uso eficiente de los recursos hídricos". ¿A quién pretenden engañar las autoridades mañas? En la Exposición Universal de Zaragoza ha causado sorpresa el Pabellón de Murcia en donde un vídeo reivindica el trasvase hacia el Levante apoyándose en dos figuras históricas de la izquierda por un lado el drama Pastor de la muerte de Miguel Hernández (muerto en una cárcel franquista en la postguerra) que dice, "Donde no hay agua, habra canales de granito que pidan a gritos agua del Ebro y del Tajo" y por otro Indalecio Prieto, socialista republicano, quien en 1934 cuando era Ministro de Obras Públicas dijo "Los que se oponen al trasvase del Ebro son no enemigos del régimen sino miserables traidores a España". El pabellón de Valencia, tambien reclama el trasvase solidario, reivindicando ser la comunidad que reutiliza por ella sola la mitad del agua recuperada del total español. Cataluña, tripartita ella, exponiendo sus proyectos en desaladoras, hace hincapié en la sequía, aunque los visitantes saben que en la actualidad los pantanos rebasan de agua. No resulta creible, aunque se vean forzados a hacerlo solidariamente vía inversiones del Estado, para muchos españoles esta aventura Zaragozana. El acontecimiento resulta inoportuno. Vendrán muchos curiosos y algunos aprenderan la importancia de ahorrar el líquido elemento. Dicho lo cual resulta sorprendente y contradictorio el proyecto de futuro del Gobierno Aragonés de crear un Gran Casino en los Monegros, con parque acuático incluido, comprometiéndose en invertir 17 mil millones de euros, para lo cual ha firmado un protocolo con un grupo internacional. Ejemplarizante y solidario. Agua para el desierto natural, pero propio, y pedorreta para los huertanos de la costa. Así nos va en este conglomerado de taifas.

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