lunes, 2 de noviembre de 2009

Silencio!

La actualidad política catalana minada por la corrupción pide una detenida reflexión sobre sus causas y una rectificación generalizada en el comportamientos de su clase política; a pesar de la contumacia en el delito se ha hecho reaccionando al unísono por parte de las fuerzas vivas del Oasis; farisaicamente se escandalizan por lo que la presidenta del TSJC sra, Alegret llama "pena del telediario", o sea, la visión esposada de los implicados en la red "Pretoria" recogiendo sus bolsas de pertenencias rodeados de guardias civiles a las puertas de la Audiencia Nacional, una imagen de los implicados bastante superficial; es más nuestra altísima representante judicial señala que "nunca" había visto unas imagenes parecidas olvidándose de la afrenta a los supuestos implicados en el caso Palma Arena afiliados al PP, esposados y conducidos de dos en dos ante el juez (aunque claro entonces se perseguía real caza mayor); en el mismo sentido se ha pronunciado la Consellera de Justicia, y los domesticados medios de comunicación que reclaman el derecho al honor, a la presunción de inocencia y a la buena imagen de las personas, siguiendo con ello la onda marcada por el Parlament de Catalunya; que trabajen los jueces (si se atreven); en estos casos lo mejor es la omertá, la manta del silencio que todo lo cubre y que a todos calienta. El hecho de que nuestra clase dirigente frecuente la criminalidad se pretende diluir en la falta de ética de los funcionarios del gobierno del estado o del Ministro del interior, el malvado Rubalcaba. La consideración de que el ciudadano de Cataluña es menor de edad, incapaz de juzgar por sí mismo, y al que facilmente se le puede intruir aconsejándose sobre sus obligaciones políticas en beneficio de la causa nacional, ha arraigado profundamente en el subconsciente de una clase política acostumbrada a hacer y deshacer durante los últimos treinta años; todo eso les incapacita para comprender el nivel de sufrimiento de la población, la carga de la crisis económica, el paro; han conseguido una sensación de desarme colectivo en la comunidad, que en determinadas circunstancias históricas puede requebrajar la cohesión social, abrir brechas en el propio sistema democrático. Y es que el poder, en la medida que se siente incuestionable y prepotente es mas ignorante y peligroso. La población de Santa Coloma, emblemática ciudad del cinturón rojo de la gran ciudad, se interroga sobre la plaga corrupta que les ha caido encima; ellos mismos se asignan como ciudadanos humildes, honrados y trabajadores quejándose sobre la mala imagen del pueblo; pero no van mas allá, no hay un movimiento social de repulsa, sencillamente se acatan obedientemente las consignas de silencio que vienen de arriba. ¡Chissss! y todo el mundo agacha la cabeza. Sólo cuatro vecinos, unos cuantos jubilados, dan por hecha una realidad archisabida y piden que la ley deje caer su peso implacable. Es una especie de catarsis colectiva que empieza en el Barcelonés Nord, pero que nadie sabe donde acabará. Pero el carácter de símbolo de Sta. Coloma, nadie lo puede negar: una ciudad en donde el socialimo catalán alcanza mayorías abrumadoras en todo tipo de elecciones, siendo un contrapoder al catalanismo pujolista; una población de sentimiento español traicionada a diario por el nacionalismo de sus patricios socialistas que les convierte "de facto" en borregada política, útil para asustar en los cónclaves nacionales. Con el advenimiento de la democracia Sta. Coloma se levanto con un alcalde, Lluís Hernández, cura obrero del PSUC que se mantuvo dos mandatos; la presión del socialismo felipista rompió algunos equilibrios arrasando en Sta. Coloma de Gramanet con la marujona Manuela de Madre (de la cual no se sabe si era verdulera, o maestra), la cual desde entonces ha hecho y deshecho en la politica local. El cura Hernández fué fagocitado por el pujolismo terminando, según me han dicho, como párroco en una naviera de lujo, y Manuela convertida en un mito entre convergentes y socialistas, ocupando como referente escaño en el Parlament de Catalunya y manteniéndose como vicepresidenta del PSC; el alcalde Muñoz es su hijo político, aparte de amigo personal. ¿Será posible al final que la justicia abra brecha en el Oasis?. Lo dudo.

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