La corporación municipal de Cádiz está realizando una serie de actos conmemorativos del 196 aniversario de la promulgación de la primera constitución moderna de nuestro país. El ayuntamiento gaditano encabezado por la popular Teófila Martínez ha organizado durante días (abarcando desde el 7 al 28 de marzo) toda una serie de acontecimientos, en los que se prima la participación popular, que ensalzan el recuerdo del gran acontecimiento cívico. Conciertos en el teatro Falla, conferencias y exposiciones, gincamas, pasacalles, formación de un cuerpo de voluntarios constitucionalistas, milicias, entrega de ramos de flores en el monumento a las Cortes, homenaje a la Constitución frente al oratorio de San Felipe Neri, Congreso escolar bicentenario, entrega de premios a relatos, publicacion de mil calendarios (en donde se recogen articulos de diarios de la época), 24 mil puntos de lectura, entrega de despachos a los voluntarios históricos distinguidos, entrega de distinciones, celebración de un desayuno constitucional en el Palacio de Congresos, etc. Entre las celebraciones y el colorido de los estandartes, gallardetes y vestimentas de época, destaca la presencia entre los conferenciantes de uno de los personajes mas sinuosos y frios de la transición, Miquel Roca Junyent, abogado y político catalanista "uno de los padres de nuestra moderna constitución del 78", celebrado por ser el aliado necesario del felipismo. Los socialistas, que en el sur vienen practicando desde años el clientelismo decimonónico, han decidido entrar en el juego apropiándose el rédito de la efeméride y proyectando para el futuro la capitalización telegénica de los actos del bicentenario previstos para la presente legislatura. En ese sentido Alfredo Pérez Rubalcaba ha aparecido por Cádiz embrollando como siempre y confirmando que "el compromiso del Gobierno central con la ciudad y sus representantes locales de cara a la celebración del bicentenario", añadiendo que las consecuencias para Cádiz será el impulso de la actividad cultural y la mejora de las infracturas provinciales. Rubalcaba envuelve sus palabras "de los altos ideales de la libertad y resistencia frente a la tiranía y arbitrariedad, de la lucha por los derechos de todas las personas" ampliando el legado al convertirse Cádiz "en notable por su pujanza empresarial, modernidad de sus estructuras, progreso económico y avances sociales" en la vacuidad populista. Nada sobre el nacimiento irrenunciable en Cádiz de una nueva organización estatal de ciudadanos libres e iguales, con indiferencia del origen y condición de sus miembros, nada sobre el derecho ciudadano a ser sujeto insecuestrable de la soberanía nacional. Al ciudadano hay que tratarlo con respeto, todo lo contrario a lo que ocurre en el virreinato andaluz en donde Chaves pastorea al personal utilizando todos los medios que genera un poder corrupto. Uno de sus hombres fuertes, el cuadrumano Zarrías (importado de Madrid y votador con todas sus extremidades), visita en estos días Centroamérica, Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Panamá, ofreciendo ayudas e invitaciones a sumarse al bicentenario. Y así seguiremos el camino de la desvirtuación de unas conmemoraciones en el 2.012, que deberiamos celebrar y conmemorar todos los ciudadanos, utilizando el motivo con multiplicada intensidad e intención política, ya que el aniversario nos afecta a todos. Hay peligro de incendio. Afirmo, soy catastrofista. El colofón a los actos del Ayuntamiento gaditano estaba en la izada de una bandera de 73 metros cuadrados en un mástil de 22 metros de altura colocado en una isleta reguladora del tráfico. Y la bandera de España se rompió, la tela se rasgó. Eso dice la nota de prensa que leí. Pasó lo que pasó en "la Tacita de plata" andaluza un 19 de marzo de 2.008. Al medio día. Y no sé si se rompió sola. La bandera constitucional, el símbolo constitucional por antonomasia de todos los españoles se rajó, desapareció. Cosas.
martes, 25 de marzo de 2008
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