Al abad del Monasterio de Montserrat le molesta la COPE. Dias atrás movió el diapasón de su voz en ese sentido, ahora bien prudentemente no señala a personas, pero todo el mundo da por sentado en Cataluña que se refiere al programa "la Mañana", y a otros espacios de información política a menor nivel, que dirige Federico Jiménez los Santos, al que acusa de ser agresivo contra Cataluña. Toda una exposición de la caridad cristiana. Delante de un centenar de "autoridades", aclaró que él se ha mojado y había hecho gestiones ante la Santa Sede intentado cambiar la linea editorial de la emisora (a la que sus enemigos vinculan directamente con la Iglesia), marcando distancia con Madrid a través de Roma. Contestaba de esta manera en Barcelona a preguntas realizadas en el Forum Europa en una especie de conferencia desayuno a la que fué invitado por Miquel Roca, con la curiosidad complice de la numerosa grey del pesebre catalanista. Señala el hermano abad, amparandose en los hábitos de obispos y seglares (que hacen gestiones en el mismo sentido de las hechas por él ante la curia romana), que para los preocupados religiosos como él es "un misterio" que la cadena de radio continúe emitiendo, aunque enfatizó optimista que "hace mas ruido el árbol que cae que el bosque que crece" (proverbio papal) insuflando sana moral en el coro mediático que le escuchaba por la confianza y seguridad que inspiraban sus actos y palabras. Critica a la Conferencia Episcopal Epañola, es decir a la jerarquía, por alinearse con una opción política en detrimento de las otras. El padre abad haciendo un escorzo se sitúa al nivel de los tiempos y de la geografía descubriéndonos su verdadera vocación de inquisidor nacionalista, de censor de la libertad, haciendo gala de su disposición a aplicar esa nueva doctrina moral del catalanismo político aplicando los medios antigüos del "nihil obstat" católico, y aunque el reverendo habla de los enemigos exteriores de Cataluña como verdadero y único problema, miente y patina escandalosamente si dá por sentado que en el interior las diferencias ciudadanas han sido deglutidas, no existen problemas, desconoce la realidad, no todos comulgamos forzosamente con Montserrat. Para el distinguido fraile, la Generalitat es un fin en si mismo, y a su legislación debemos someternos obedientes y confiarnos con fé doctrinaria. No se dá, por tanto, por aludido con todo el movimiento libertario que ha generado la misma sociedad ante la presión autoritaria, no considera catalanes ni a los ciutadans, ni a los peperos, ni a los defensores del bilingüismo, no, los curas deben defender la doctrina oficial de la diferencia, de la distinción separatista. Recuerdo, y no hace tanto tiempo de eso, tan solo unos años, la última llegada del Generalísimo Franco bajo palio a la basílica de Montserrat acompañado por toda la hermandad benedictina. No era extraño para la oposición democrática, ya que se sabia que habia un pacto tácito muy anterior, también para los monjes monserratinos, nacido con la guerra civil, la cual fué para la orden una guerra de liberación, una cruzada (en palabras de la Santa Sede) contra los enemigos de la fe, y terminada la contienda, los resultados victoriosos de la misma desembocaron en el nacional-catolicismo del nuevo régimen. En los últimos tiempos la montaña serrada, redondeada y surcada por mil caminos, y a la que se puede llegar de mil maneras, es un enorme negocio que produce pingües beneficios a Montserrat, modernos hoteles-hospederias, camping, residencias, restaurantes, zonas de aparcamiento, tiendas en donde se vende todo tipo de productos, algunos con marca propia, museos, etc. que han convertido el lugar en una meca hortero-turística de primer orden. Alla van en bono-tour desde plaza España la fauna mas pintoresca que recorre Barcelona. Toda la montaña es una prosaica máquina tragaperras al servicio del convento. No era lo mismo, hace unos años, todavía podías subir a la montaña con el coche y aparcar en las instalaciones de forma gratuita. Cuando llegabas podías estirar las piernas y asomarte a la plana. Justo allí en la entrada existía el monumento al Tercio de Montserrat, que era un argumento definitivo de su reciente história. Esos batallones de voluntarios carlistas del bando franquista tenían también algún banderín en unas instalaciones adyacentes al camarín de la virgen negra. Montserrat ha tenido en el pasado y en la reciente historia una simbología católica compartida por todos los españoles como lugar de peregrinación. En nuestro pasado mas reciente grupos nacionalistas católicos, excursionistas tipo Pujol, comenzaron a utilizar la montaña en su propio interés. Reuniones, concentraciones, etc. Al final, como resulta evidente, el interés es mutuo. Federico Jiménez los Santos les ha recordado su pasado real, contante y sonante de compromiso con el franquismo desde los micrófoconos de la COPE, ha descorrido el velo de la simbología. Gravísimo error, con la Iglesia hemos topado. Y es que con las cosas del comer no se juega. El Tercio de Montserrat y los hermanos asesinados en nuestra guerra civil, han quedado olvidados y enterrados en el baul de la historia. Y mientras la crisis religiosa es mas real que nunca en Cataluña, cuando los fieles abandonan a sus pastores en forma masiva, los monjes de Montserrat, discipulos de San Benito "oran y laboran" en la construcción nacional. Que por ellos no se diga. Ahora comenzamos a ver esa nueva interpretacion monoteista de un Dios nacionalista en el que piensa mosen Soler.
viernes, 28 de marzo de 2008
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