El Cesar no solo tiene que ser honesto, sino parecerlo, tal y como se dice de su mujer. En la política eso es fundamental. No hace tanto que el "molt honorable Montilla" se retrataba ante todo el país contestando públicamente a una pregunta sobre la escuela privada en la que "se educan" sus hijos pequeños en franca contradicción con la defensa de la escuela pública de su programa de gobierno, de espaldas a sus principios socialistas, y contra la realidad social que acoge a la mayoría de los ciudadanos, hablando de "opción personal" de "libertad personal" para escoger la escuela de sus hijos . El lider catalan, nacido en Iznajar, y llamado José, una representación de la mayoría de los catalanes ha hecho valer como "una revolución política" del nuevo tripartito ese hecho objetivo de su origen y nombre. No hay para tanto. Nos enteramos ahora, que su hijo Arnau Montilla, fué detenido en las Ramblas a altas horas de la noche en franca "intoxicación etílica" (en palabras de su defensa), destrozando mobiliario urbano (cabinas telefónicas), hechos que se remontan al año 2005 (el Barça había ganado la Liga). Ese comportamiento tan civilizado, creía yo, era el propio de los energumenos independentistas mas obsesionados con los peligros inherentes a las Españas, ahora veo que no, pues los montillas están en el ajo. De todas estas cosas, me asombran, me causan pálpitos, dos cosas, una la prolífica descendencia de nuestro Cesar Montilla, cinco hijos son muchos hijos, parece como si el President, siguiera al pié de la letra las reflexiones del anterior ocupante del machito sr. Pujol que abogaba por la multiplicación de los catalanitos ante los peligros de la avalancha sureña, la segunda cosa es el nombre mismo del niñito, Arnau, que se remonta resonando a las viejas gestas medievales de la ensoñación nacionalista. Dos piezas, padre e hijo, de la realidad nacional que estamos construyendo o destruyendo, según se mire.
martes, 22 de abril de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario