Lo leí en el diario "Expansión" el otro día, siete agrupaciones empresariales de toda España encabezadas por el Círculo de Economía mostraban su preocupación pública porque los políticos de nuestro país y sus funcionarios no perciben una retribución suficiente a su mérito. El Círculo barcelonés, la Asociación Valenciana de Empresarios, El Cercle d'Economía de Mallorca (cuyo presidente apoyó a la entidad separatista ACPV contra la Generalitat valenciana por el tema de los repetidores de TV3), el Círculo de Empresarios de Madrid, el Vasco, el Club Financiero de Vigo y el Observatorio Económico de Andalucia firman una declaración en ese sentido "para favorecer una homologación salarial en otros ámbitos" reclamando para los altos funcionarios "cantidades competitivas con las que ofrecen otros sectores". Por lo que tengo entendido hablan hombres de empresa, preocupados por el futuro financiero e industrial de nuestro país, la vanguardia económica de ese poso de iniciativa y formación intelectual aplicada al desarrollo que, en definitiva, esa capa privilegiada representa. Recientemente el Cercle d'Economía de Catalunya celebraba el 50 aniversario de su fundación y elegía como nuevo presidente a Salvador Alemany (ligado a la Caixa). Es curiosa la mentalidad de nuestros empresarios que juzga a los humanos en función del dinero, el becerro de oro de las Sagradas Escrituras, pues dicen, que esas medidas estan orientadas a combatir la desafección política y el descrédito de las instituciones, ayudando a combatir la pérdida de vocaciones por la cosa pública. Sin profundizar excesivamente cualquier ciudadano de Cataluña llegaría a la conclusión de que esos empresarios (principalmente los catalanes) están a la altura de los políticos a los que aconsejan y cuidan. Porque, señores capitalistas, el Estatut, la persecución lingüistica, la ofensiva antiespañola, la discriminación social, la irrefrenable crisis económica y sus consecuencias para el trabajo, el esencialismo cultural totalitario, el desguace constitucional, la sustitución permanente de la realidad por la ficción, la exaltante propaganda nacionalista de todos los medios públicos y privados, la corrupción, el incumplimiento de las promesas electorales, etc. ¿nada tienen que ver con la victoria permanente de los abstencionistas?¿con la ausencia de interés ciudadano y el desprestigio de nuestras autoridades?. Los representantes del mundo del dinero, ven las causas de "desafección" en otra cosa, la gente se aleja de la política, según dicen, porque lo que ofrecen los políticos a la ciudadanía es pobre en eficacia, por eso proponen como solución "que todos los puestos de máxima responsabilidad se sometan a un tribunal (comisión parlamentaria) que valore capacitación y experiencia. Vamos, mas claro el agua, ¿se ofrecen quizá para integrarse en las listas políticas con indiferencia del color político?¿o prefieren un lugar destacado en el debate?. Para redondear, rechazan la paralizante frecuencia electoral, mostrándose partidarios de alargar los periodos electorales a cinco años, porque de esa manera no se crean esos vacios de poder que tanto perjudican al mundo de la empresa. Suavemente, critican el inmenso poder de los aparatos partidarios, abogando por la participación de los afiliados en la elección de los candidatos. En definitiva un alegato elitista, y una visión del mundo sesgada. ¿Desconocen quizá nuestros empresarios las enormes fortunas que han amasado nuestros políticos? ¿desconocen los salarios, dietas, y privilegios de nuestros próceres? ¿Han leido estos días lo que ocurre en Estepona y en tantos sitios?¿Oyeron hablar en el Parlament de Catalunya del 3%?. Estoy seguro que sí. Podría ser al final, que la declaración empresarial de esas siete agrupaciones de vanguardia sean sencillamente un acto de sumisión al zapaterismo en el 50 aniversario del Cercle. Otro mas. Solamente se ha oido una voz que disiente de la declaración, la del defensor del cliente de Endesa (miembro del Círculo de Economía), que señaló como prioritario la separación de poderes (el Ejecutivo los ha unido todos en sus manos), mostrándose partidario de los premios y castigos con los políticos vetándoles la asistencia en los actos de las entidades empresariales en aquellos casos en que lo merezcan, cuando por ejemplo fomenten la crispación. En fin una gota de agua en el mar de la tranquilidad.
martes, 24 de junio de 2008
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