miércoles, 18 de junio de 2008

El president Laporta

Esta metido en muchos líos. Algunos amigos comentan que desde que se ha separado de su señora, las cosas han empezado a torcersele. Como todo el mundo sabe ese parentesco le ligaba al franquismo mas duro representado por su suegro Juan Echevarría, exfundador del SEU en Barcelona, director general de Perkins en Madrid que se hizo tristemente famoso despidiendo a Marcelino Camacho ya entonces referente de las CCOO. A finales de los 70 fué el responsable de Motor Ibérica enfrentado al Jurado de Empresa en un conflicto sin precedentes que implicó mujeres e hijos de los trabajadores en huelga encerradas en iglesias, arrancando la solidaridad de las capas mas sensibles de la Barcelona de entonces que las cubrieron de ayudas y alimentos. Este Laporta, bastión hereditario en la rama política, desde posiciones contrarias ha desarrollado igualmente los rasgos característicos del dictatorzuelo omnipotente que describía perfectamente en aquella época a su suegro. Sabemos que simpatizó con los circulos mas radicales del nacionalismo, las que desde posiciones extraparlamentarias alumbraron la llamada "Crida per la solidaritat", aquella pantomima de movimiento minoritario y antiespañol que asaltó la vieja y encarcarada ERC de un Barrera fósil vivo y centenario que con Hortalá controlaba las sectarias y viejas banderas, y que después de unos descorazonadores años abandono esas querencias para participar activamente, ahora sí, en el PI (Partido Independentista), desaparecido rápidamente tras la primera contienda electoral. Desde la política pasa al futbol, para actuar políticamente dentro de un gran club de fútbol y poder volver a la política después creando frente a Nuñez con correligionarios de su misma cuerda "L'elefant blau", una alternativa de corte nacionalista que al comienzo parecía ridícula y minoritaria. Apoyado en la entelequia "mes que un club" que había divulgado la "gauche divine" barcelonesa y completado culturetas, como el gurú de lo progre MVM, se inicia ese trabajo de desgaste que acabará con la directiva de Gaspart en el peor momento de los fracasos deportivos y del avinagramiento social. Este oportunista o aventurero de la política, que desde el Barça mira a la Generalitat, como digo se ha metido en multiples lios y embrollos, exaltaciones patrióticas, soporte a la Plataforma "Per el dret a decidir", a las Selecciones deportivas, reivindicación imperial a "els països catalans", subvenciones, colaboraciones. Ha rebajado a uno de los clubs de fúbol mas importantes del mundo, patrimonio deportivo de varios continentes, a la estrechez nacionalista, al sentimiento de pertenencia a un pequeño país situado entre Francia y España. Sus admoniciones, enfrentamientos (con los castellanoparlantes) con los socios asambleistas en la última reunión de peñas han dado la vuelta al mundo. El Barcelona por ese camino va irreductiblemente a menos, social y deportivamente. Ahora cuando surge una moción de censura de su gestión, de nuevo después de unos fracasos deportivos, mueve los hilos para que la moción pierda su sentido crítico original reforzándole por contra en el poder y la gloria. Ahora ficha ilusiones a manos llenas para el año viniente, ahora aparece en tal o cual sitio relevante socialmente, hoy se reune con Guardiola, mañana desliza la idea de la desestabilización. El otro día trasladado al corazón de la Cataluña integrista, en la capital de la Garrotxa, la otrora carlista Olot del general Savall, reunido con las peñas olotinas lanzó el grito "Visca Catalunya lliure" subrayando "seré siempre fiel a mis ideales catalanistas, al Barça y a Catalunya", con la intención soberanista y demagógica que exigen las circunstancias. Si la moción de censura fracasa, Laporta gana y con el su idea del club se refuerza, de ahí sus declaraciones. El Barcelona será mas que un club, una institución al servicio del soberanismo y limitada en su implantación e influencia a ese espectro del electorado. El Barcelona entonces perderá pistonada y fuerza, dejará de ser el club universal, internacionalista, trasversal, en donde todos los ciudadanos sean de donde sean, y "vengan de donde vengan, del norte o del sur" sientan los colores azul y grana como propios. Un gran club de futbol, como otros grandiosos grandes clubs, que integran al arco iris y que destellan deporte.

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