viernes, 13 de noviembre de 2009

Fútbol al servicio de una causa

Nadie esperaba que un aventurero llegara a la Presidencia de la entidad mas importante de Cataluña pero contra toda lógica Jan Laporta lo ha conseguido. El terreno lo había allanado el pujolismo que luchó desde el primer momento por satelizar al club de la misma forma que había domesticado a otras entidades de menor calado, pero su masa social, sus peñas, su impacto universal iba en dirección contraria al aldeanismo nacionalista y nunca alcanzaban sus objetivos. La hegemonía social y la constancia política ligada a los instintos animales del forofo dieron la oportunidad al independentismo de sentar sus reales en el Camp Nou, superando las viejas ambiciones catalanistas. Y bajo la batuta autoritaria de Laporta el Barça, ese histórico club de fútbol pasito a paso se acerca al mito de más que un club, queriendo significar con ello que sus aficionados estan encuadrados en una sociedad político-deportiva que representa la plenitud social, cultural y económica de una Cataluña independiente. En la fundació Catalunya Oberta (CiU) el jurista Laporta fué acogido con fervor entusiasta por los patronos y asociados que abarrotaban la sala; allí dejo caer "doy apoyo a las familias Macià y Prenafeta, la actuación judicial ha sido humillante para ellos y para Cataluña" (los inculpados son miembros de la fundación); hay gente que asegura que esa entidad domina mayoritariamente la Junta barcelonista, de hecho son patronos de la Fundació Xavier Sala i Martin (probable relevo a la Presidencia), Joan Oliver, director general (espía de la Junta del Barça al servicio de Laporta) y Vicenç Sanchís director de BarçaTV, elementos de conocida galanura antiespañola. El máximo mandatario del Barça, se alza frente a la Ley y el sistema democrático ofreciéndose como alternativa autoritaria "el tripartito carece de ambición en el tema nacional; Cataluña tiene derecho a un Estado propio"; se mostró convencido en que la Generalitat viene reculando identitariamente desde que Montilla encabeza el Govern y que se debería hablar menos del Estatut y más de Constitución Catalana. En un momento determinado se preguntó ¿Qué quiere el país, un martir o un lider? contestándose que el está dispuesto a ser ese lider arriesgando lo que haga falta. Al final no terminamos de saber si el tiro le saldrá por la culata o dará de pleno en la diana; los partidos políticos de importancia y en concreto los nacionalistas, tienen la cabecera de cartel cubierta para las autonómicas, Mas en CiU y Puigcercós en ERC, y una larga lista de postulantes se apretujan en las colas, Reagrupament podría colocarle como "lider" en su candidatura (salvando el ego de Carretero) pero solo obtendrían unos cuantos diputados quedando su papel relegado al de comparsa; hay quien asegura que lo factible es reservale para que CiU obtenga la alcaldía de BCN en las municipales, pero habría que apartar al moro Trías lo cual también es complicado. De momento Laporta no se corta, apoyado en los éxitos deportivos de sus equipos y en los aplausos millonarios de sus aficionados, hace juegos de bolillos con sus palabras: el Barça es la institución de referencia, Cataluña debería mirarse en el espejo de su club, en vez de tripartito prefiero hablar de triplete. La desbordante ambición del President del Barça, tan alejada de los sentimientos generales de la ciudadanía, no deja de ser peligrosa en el contexto actual; y es que en una situación de desgobierno nacional, de desprestigio (Sala i Martin se ha atrevido a ofendernos al decir que todos los españoles son unos cazurros), de crisis global, de corrupción desatada, con un paro galopante cualquier alternativa por siniestra que sea es posible. ¡Los españoles sobran en Cataluña! y los estomagos agradecidos dan fé de catalanidad, de pureza de sangre, ante cualquier dictatorzuelo de pacotilla. De momento ahí lo veis, saludando a la romana con cuatro dedos reivindicativos. ¡Adiós a aquella ciudad archivo de la cortesía, se ha acabado la farsa política!

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