Nos causa una profunda admiración la lucha de Aminatu Haidar a favor de los derechos humanos en el Sahara; la militante saharaui en huelga de hambre indefinida llama a nuestra conciencia pública pues no en vano pertenecemos al país designado por la ONU como potencia administradora de aquellos territorios lo que obliga como antigüo país colonizador a garantizar un referendum de autodeterminación en el Sahara Occidental. Poseemos el único censo válido de población autóctona según el padrón de los habitantes de 1975 necesario para realizar una consulta que afecta a la legalidad internacional; aquella Marcha Verde lanzada por Hassan II (e ideada por los servicios secretos americanos) compuesta de 350 mil hombres perfectamente organizados invadiendo un territorio históricamente controlado por España consolidó la monarquía jerifiana instrumentalizando el sentimiento nacionalista extendiendo las fronteras hacia el sur; la traición patria se consumía con la firma de los acuerdos de Madrid que reconocía los derechos de Marruecos y Mauritanía (ambicionado objetivo del Gran Marruecos); una ocupación militar de mas de 150 mil soldados de élite, un muro de 2.700 km. que atraviesa de norte a sur el Sáhara Occidental y divide al país, un saqueo de las riquezas naturales (pesca y fosfatos) y sobre todo un asentamiento de ciudadanos marroquíes a los que se les distribuyen empleos, tierras y créditos han favorecido la marroquización demográfica de la antigüa colonia. Los habitantes del desierto tienen dos formas de lucha contra la tiranía policiaca de Marruecos, la militar (campamentos de Tinduf) desde los territorios libres y la interior en la zona ocupada; a esta última de resistencia pasiva pertenece la huelga de hambre (lleva 12 días) de Aminatu Haidar, la de los estudiantes presos en huelga de hambre, la del Colectivo de Defensores de los Derechos Humanos en El Aaiún; mas de 300 mujeres de diferentes poblaciones realizaron una huelga de hambre, militantes y universitarios las secundan; los jóvenes saltan a la calle con pancartas y banderas, se disuelven y vuelven a saltar en otro lugar para evitar las intervenciones de la policía política y militar; interpretando el Sultan que se atenta contra la seguridad nacional, hay una escalada de detenciones, retirada de pasaportes y expulsiones que impiden una salida negociada a la crisis; a los saharauis se les considera súbditos de la querida Provincia del Sur. El caso Haidar es un ejemplo de la impotencia de un Régimen implicando en esta ocasión a esta España de izquierdas de una forma escandalosa: a la militante pro derechos humanos le requisan el pasaporte marroquí por señalar en la tarjeta de desembarqe que su nacionalidad es saharaui y la devuelven en el avión a Lanzarote donde la policía española la acoge a pesar de que carece de la documentación necesaria; previamente el gobierno marroquí habia contactado con el español para que recogieran el paquete. Con un coraje increible Aminatu Haidar acusa a ambos gobiernos de haberla secuestrado e inicia su protesta protegida por la solidaridad de su gente, de la canaria, española e internacional; su vida corre peligro, alejada de su familia y de sus dos hijos, con una enfermedad crónica consecuencia de las torturas sufridas en Marruecos; el propio gobierno magrebí reconoció que había sido detenida ilegalmente y que sufrió violencia a instancia de una entidad independiente de arbitraje. Ahora el gobierno real la acusa de ser un agente de la RASD y de toda la canalla que quiere la independencia de la región. El gobierno de su majestad le devolverá el pasaporte (que tiene la gendarmería real) si Aminatu solicita la nacionalidad marroquí y nuestro Moratinos protesta de que su ministerio siempre ha defendido los derechos soberanos del pueblo saharui (de todas maneras no dudó en trasladarse a Rabat a hablar con las autoridades alauitas). Por eso las palabras de Aminatu Haidar, que tiene tarjeta de residencia española, nos causan daño "el Gobierno español es culpable de negarle al pueblo saharaui, su patria y su existencia", de ser coprotagonista en esta flagrante violación de los derechos humanos; España, tiene que devolverme a mi tierra en un avión. Y sigue luchando. ¡Ojalá las buenas causas tengan siempre un buen fin!
viernes, 27 de noviembre de 2009
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