Cuando la clase política catalana, practicamente en cuarentena, agacha la cabeza avergonzada, el jefe de la oposición en nuestra ciudad Xavier Trias levanta la jeta presentando su candidatura a la alcaldía para el 2011. Impresionante; para él BCN está llena de proyectos ilusionantes, tiene un magnifica marca interior y exterior, muchas cosas buenas, pero carece de "liderazgo" por lo que el personaje se ofrece "como garantía de grandes expectativas" (?); este señor que a la gente cae bien, gracioso, por su catalán con deje mejicano expresado con dificultades guturales, parece apuntarse al sector soberanista que incluye a su patrón J.Pujol tal y como recogió la prensa al mostrarse dias atrás públicamente partidario de hacer una consulta independentista en BCN; habla así porque todas las encuestas, incluso las municipales le dan como favorito en la próxima cita electoral. En esas condiciones presentó su candidatura ante un auditorio que llenaba la Cámara de Comercio de BCN, rodeado de su presidente Miquel Valls y de Jordi Pujol desgranando la serie de nimiedades acostumbradas que poco comprometen: menos presidencialismo, simplificar la administración, reforzar los servicios sociales, luchar contra el paro; "la situación política es magnifica para ganar; se nos ha puesto todo a favor"; este tercer intento electoral por desbancar a "los gobiernos de izquierdas" será el definitivo y CiU gobernará BCN aunque en caso de fracaso interpretaría "que la culpa ha sido suya personalmente" y no optaría a la reelección como candidato; también afirmó que el 90% de los políticos son honrados, y que es la política concreta desarrollada por el bipartito PSC-ICV la que ha llevado al desánimo a los barceloneses. Si se confirma la debacle ecopija y socialista confirmándose las encuestas, el actual equilibrio electoral, sería roto por la derecha conservadora y soberanista que resultaría triunfadora ya que en la actualidad el PSC tiene 14 concejales en BCN, ICV-EUA, 4, ERC, 4, el PP, 7 y CiU, 12; todo resultado es posible en una ciudad inhabitable y desnortada. El nacionalismo con tiempo de por medio ya afila las navajas a la espera del asalto definitivo a la capital, y si lo consiguieran significaría una profunda derrota para la democracía en las tierras de Atila. Y ahí empezaría el gran derrumbe. A Xavier Trias algunos le llaman "el moro", ya que en la campañas electorales anteriores en la calle una multitud de magrebies, como si fueran militantes de CiU, dedicaban sus esfuerzos a la pega de carteles, arrebatar los ajenos, abroncar y pelear; muchos de nosotros lo sufrimos en carne propia; en la madrugada incluso brillaban las navajas. La nueva batalla electoral será eso un accidente en la guerra total por la revolución nacionalista, que esperamos pierda CiU.
miércoles, 11 de noviembre de 2009
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