domingo, 15 de noviembre de 2009

La muerte no es el final

Quintin Cabrera ha muerto lejos; ¿alguien se acuerda de quien era este señor?. Es posible que las nuevas generaciones desconoz-can de qué hablo, sin embargo algunos re-cordamos perfecta-mente al cantautor sudamericano que llegó al Prat portando como bagaje una guitarra y todo el entusiasmo de la juventud. Había nacido en la República Oriental de Uruguay y con 24 años se presentaba en la BCN del 68. En la Barcelona que fué, tan diferente a la actual a pesar de su siniestro ambiente totalitario, encajó como anillo al dedo en una ciudad en ebullición y en sus círculos antifranquistas por su solidaridad con la causa de los mas desfavorecidos, con la lucha de los trabajadores industriales. Hijo él mismo de trabajadores se integró como autor sudamericano (en aquella ciudad no existían los sudacas, ni siquiera había triunfado la francesada latinoamericano, lo que había eran hispanoamericanos sin mas) en nuestra sociedad como lo hicieron Vargas Llosa, García Márquez, ...... en la literatura. Dicen que en la primera semana de residir en BCN acudió a una reunión clandestina de las autodenominadas CCOO en la plaza Ibiza en la barriada de Horta. ¡Gran personaje!, en un año ya había cantado recogiendo fondos en solidaridad con los trabajadores de Roca, Harry Walker, Bransol y con muchos otros; se ofrecía para recoger dinero en solidaridad con los detenidos por la policía franquista; siempre estaba dispuesto a combatir solidariamente por causas internacionales que entonces arrasaban entre la juventud, Vietnam, el Kurdistan, etc., y contra el hambre en el mundo; no tuvo problemas en colaborar con la gente de "la nova canço" que en la época eran sólo la izquierda. Quintin Cabrera se había alejado de nuestra retina, dejamos de saber y el tiempo le disolvía en la nebulosa de la memoria; ¿por qué razón?, probablemente porque aquella BCN no tiene nada que ver con la actual, y los brazos acogedores de entonces blandiendo el puño de la discriminacion lingüistica le habían obligado a emprender otros caminos. El cantautor hispanoamericano ha muerto fuera de Cataluña en el pueblo de Luzón (Guadalajara). Un puñado de nostálgicos, entre los que se encuentra mi amigo José Carlos (CCOO), se han empeñado un realizarle un homenaje que celebrarán en el Centre Artesà Tradicionarius (Travessia de S.Antoni, 6-8. Gracia), el dia 26 a las 21,30.


1 comentario:

David dijo...

No creo que la discriminación ligüistica tuviera nada que ver, nuestro amigo Quintín hablaba el Catalán a la perfección. Como anecdota comentarte, que aún vivendo en Madrid o en Luzón, la lengua en la que se comunicaba con sus hijos seguía siendo el catalá. Un gran tipo Quintín.