Cundieron las órdenes internas para que votaramos a Ferrán Ariño como nuevo Presidente del Barça; decían que era la opción democrática frente a la franquista representada por José Luis Núñez; afortunadamente ganó el empresario de la construcción (que además integró a otras candidaturas); ahora sabemos que lo que intentaron los nacionalistas fué un primer asalto a la 1ª entidad asociativa de nuestro país. El poder de un equipo de futbol al que Vázquez Montalbán tildó de "mes que un club" era una pieza de caza mayor que desde el principio perseguía el pujolismo y que finalmente en las postrimerías del nuñismo Jan Laporta vencería para el independentismo utilizando la triquiñuela del "Elefant Blau"(el traspaso fué una ridícula demostración de democracia). El mismo Vázquez señalaba certeramente que la unidad de España descansaba en la Liga de Fútbol Profesional y en la universalidad de "El Corte Inglés". El fútbol había sustituido a la religión como opio del pueblo: domingo sí y entre semana las masas se desgañitaban desahogando su brutal apoliticismo y violencia en los terrenos de juego; esa frustación facilitó la instrumentalización política del deporte, a pesar de las protestas de socios y peñas, a la par que el nacionalismo sumaba en masa clientelar entre los ciudanos. Mientras la ignorancia dominaba, los catalanistas lo habían entendido perfectamente. Y comenzaron a ondear banderas catalanas, después independentistas, pancartas alusivas a derechos nacionales, conforme al humor de la tribuna del Camp Nou. Como tarjeta de presentación se acallaron a los Boixos Nois (grupo ultra tradicional) ganándose la simpatía de una amanerada prensa deportiva, pero a la vez se estimularon nuevos grupos "concienzados" que venían al estadio desde las filas nacionalistas con las peores intenciones; también se fué reorganizando el personal de plantilla. El BCF se ha convertido así en una plataforma política (el ejército armado de Cataluña) de Laporta y de su junta directiva (algo insólito en nuestro país); dan pena los aficionados españoles que todavía sienten esos colores lloriqueando su adhesión al Barça dirigiéndose a un imperturbable Laporta; dan pena porque subliman su ego estimulandole a ir mas allá, a concretar sus designios, que aunque conocidos por esos aficionados sólo representan a ojos de Jan Laporta esa minúscula crítica (una demostración de indignidad extrafronteriza). Todavían resuenan en nuestros oidos las palabras de Xavier Sala i Martín, miembro de la Junta y posible delfín del President, llamándo cazurros a todos los españoles a la vez que afirmaba la catalanidad de club; este payaso chaquetero es acompañado en otra ocasión por el Director General del Barça Joan Oliver (llegó a ser Dtor. de tv3) que califica de chorizos (ladrones) a todos los españoles; otros directivos como el vicepresidente primero del club, Alfons Godall apoya la creación de una comisión que entienda en un referendum independentista para la ciudad de BCN; igualmente otro miembro de la junta Josep Ignasi Macià participa mañana en la organización del referendum en Tàrrega (Lérida). Y que decir del mismo Laporta que se multiplica a diario. La prensa y la televisión que nos bombardea desde todos los rincones ha incluido en el aquelarre a los mismos jugadores del equipo de fútbol, y a Guardiola su entrenador el primero: una verdad, su condición de catalanoparlante es recibida explosivamente con ardientes aplausos en Ucrania y Barcelona como señal de ruptura constitucional; la concesión de un premio por parte de la subvencionada (1,2 millones de eu) Plataforma proseleccions catalanes ha colocado a su persona en un círculo poloítico que no le corresponde como deportista; pero ya sabemos, todo vale en el amor y la guerra (todo es útil a la causa nacional). Mientras la directiva mitinea por comarcas a favor de la independencia el equipo juega y gana y sembrada de dudas la afición decrece y el estadio luce muchas veces sus gradas vacías. A veces nos preguntamos que queda de aquel equipo de fútbol integrador que nos deslumbró en nuestra niñez, el equipo de las cinco copas con HH de entrenador (el que ganaba sin bajarse del autobús), el de la dinastía de los grandes porteros: Zamora y Platko, Nogués y Ramallets (el gato de Maracaná), el de los Alcántara (rompedor de redes), Samitier,Villaverde, Evaristo, Biosca, Eulogio Martínez, Camps, Gallego, Fusté, Pereda, Maradona, César, Basora, Garay, Segarra, Zaldúa, Esteban, Zubiría, Benitez (el mejor marcador de Gento), Kocsis (cabeza de oro), Czibor (el pájaro loco), Foncho, Manchón, Re, Rodri, Cubillas, Tejada, Eladio, Gensana, Migueli, Gracia, Luisito Suárez (balón de oro). Dicen que fué Laszi Kubala (el mas grande jugador azulgrana de todos los tiempos) el que con su juego brillante y técnico obligó a cerrar el estadio de les Corts (que quedó pequeño) inagurando la directiva el actual Nou Camp (el estadio de nuestros sueños infantiles). Todavía tengo en la memoria las clases que en Purgarcito nos ofrecía el maestro: como tocar la pelota, como tirar una falta, un corner olímpico, como proteger el balón. ¡Inolvidable!. En pleno franquismo el Barça se hizo mayor, grande, universal. Esperemos que con Laporta no inicie un declive mortal hacia la nada. Ya saben, todo es posible en España (Solchaga) y en la Cataluña amontillada. Mientras tanto muchos aficionados decimos ¡Bye, Bye, Barça!