jueves, 31 de diciembre de 2009

Lorca, final de año

Acaba el año con la frustante busqueda de los restos del escritor Federico García Lorca asesinado en Granada. El interés político del gobierno Zapatero (removiendo la historia) llevó adelante este proyecto emblematico de la izquierda mas izquierdosa por "recuperar una memoria histórica" de cuya enfermedad ya nos sentiamos curados todos los españoles. En contra del criterio de intelectuales, medios culturales y la propia familia de Lorca la Junta de Andalucía ha tirado adelante con una obras arqueológicas de excavación en la zona comprendida entre Víznar y Alfacar (hay un monolito que recuerda el fusilamiento) en donde se pensaba existía una fosa mayor que contenía cuatro cuerpos aportando un presupuesto de gastos abierto (una vergonzosa inversión para posterior uso publicitario de los restos). El cadáver del poeta no ha sido encontrado en aquel área lo cual añade un pequeño misterio pero no importancia a esa muerte como símbolo glorioso del guerracivilista hispano (los socialistas, eso sí, se han dado un piñonazo); el protocolo para la exhumación de los cadaveres fué aprobado por la Junta andaluza el pasado septiembre a instancias de las familias de los otros asesinados, el maestro de escuela Dióscoro Galindo y los banderilleros Francisco Galadí y Joaquín Arcollas, enterrados en la fosa común. El equipo de arqueólogos que han trabajado una superficie 270 m2 bajo una gran carpa protectora solo han encontrado basuras intrascedentes sin asomo de cadáveres, por lo que tras dos meses de investigación han cerrado el expediente. Algunos especialistas aseguran que al iniciarse la guerra civil, los asesinatos fueron moneda corriente (por ambos bandos), y que los entierros en fosas desconocidas (en esos mismos terrenos) podrían hermanar en la muerte a mas de mil personas. Del Lorca, espejo popular, nos queda su poesía, su vitalidad, una generación, la del 27, genial, el recuerdo, su trágico final (hace mas de 70 años) y un monumento en el lugar (?) del crimen a donde llevar unas flores. Y si algunos han aprendido de aquella tragedia, otros no se sabe o no se les oye.
Ya viene la noche.

Golpean rayos de luna
sobre el yunque de la tarde.

Ya viene la noche.

Un árbol grande se abriga
con palabras de cantares.

Ya viene la noche.

Si tú vinieras a verme
por los senderos del aire.

Ya viene la noche,

Me encontrarías llorando
bajo los álamos grandes.
¡Ay morena!
bajo los álamos grandes.


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