Las intromisiones de la política en la empresa son habituales en la Cataluña nacionalista. De hecho lo anterior responde a decisiones institucionales que han vampirizado la creación de grandes grupos financieros, energéticos e industriales en nuestra región. Por eso la decisión de la Caixa (Criteria) de deshacerse de su participación en AGBAR (44,1% del capital) a favor del grupo francés Suez Environnement encontró la oposición de las autoridades políticas de la Generalitat (Montilla recordó a la empresa, que opera en un mercado regulado por lo que no podía tomar decisiones unilateralmente) que insinuaron la segregación de la empresa matriz Aguas de Barcelona y la entrada de capital público en su accionariado. La solución final (no ha sido salomónica) ha dado por buena la Opa de ambas empresas redistribuyendo el accionariado en un 75% para Suez dejando un 20/25% para la Caixa, controlando la sociedad el negocio del suministro internacional a 27 millones de hogares aislando los 3 millones del Barcelonés del que la entidad financiera garantiza con su presencia su localización y centralidad en BCN (y su catalanidad?). Desde hace tiempo la gente se pregunta por esas concesiones ininterrumpidas que la Corporación Metropolitana (ayuntamienos socialistas) concede a AGBAR (rompiendo las reglas de la libre competencia) en el suministro de agua potable a sus ciudadanos lo que la ha permitido crecer hasta convertirse en una multinacional que ha fascinado al mercado mundial (desconocemos cifras). Sabemos que era/es un retiro o empleo dorado para los amigos indocumentados del sociooportunismo dominante (lo cual huele mal y no garantiza una gestión profesional ). Al margen de lo anterior, lo que mas nos interesa a los consumidores es la calidad del suministro; en ese sentido la prensa volvía a hacerse eco en estos días de los peligros del agua de boca que nos llega a casa: se ha detectado la presencia de trihalometanos (THM), compuestos químicos de carácter cancerígenos formados al contacto de la materia orgánica con el cloro de las depuradoras; la Agencia de Salud Pública determina "que siguiendo la normativa el agua de grifo satisface los requisitos para considerarla apta para el consumo" (150 microgramos/l era el límite legal para 2008); cínicamente la ASP de BCN afirma "la gestora de suministros (AGBAR) centra sus esfuerzos en la reducción de THM introduciendo mejoras tecnológicas en la potabilización". La presencia en algunos lugares de fluoratos, nitratos o arsénico en el agua, recuerdan algunos expertos, desaconsejan beberla o cocinar con ella de forma constante (en el estómago el nitrato se transforma en nitrito pasando a la sangre impidiendole su capacidad de transporte de oxigeno); la ingesta de arsénico causa trastornos neurológicos, cancerígenos, cardiacos, etc. Aunque lo que nos saca de nuestras casillas y nos pone verdaderamente enfermos es sufrir los abusos de la factura de agua (la mas cara de España) que ahora penaliza el uso, el consumo y la situación familiar a través del denominado Canon del agua; nos obligan además a pagar tasas de alcantarillado y un TMTR (Tasa metropolitana de tratamiento de residuos municipales) lo que hace sacar pecho a los políticos y empresa a nuestra costa cada vez que se inaugura una potabilizadora; sin olvidar naturalmente la denominada Cuota de servicio que te hace pagar consumo (lo hayas efectuado o no). Y los contadores, por supuesto, los pagas anualmente (sean de alguiler o de compra) a tocateja. ¡Menudo servicio y vaya negocio!
miércoles, 16 de diciembre de 2009
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