Los catalanes cada día tenemos que tomarnos la pastilla antiespanto como sana medida de conservar el optimismo vital; nuestra clase política nos asombra con acuerdos y compromisos que ocasionalmente echan atrás, mas que nada, por su desmesura. Ahora el bisturí municipal (siguiendo las lineas generales que marca la Generalitat) quiere actuar en las Ramblas para sanearlas y ponerlas al día, lo que significa, en lenguaje llano, otra forma de obtener rédito político del popular paseo aplicando un poco de barniz "progresista" saqueando el bolsillo de los comerciantes . Ya, de por sí ante el abandono municipal, ese carrusel humano es un pandemónium que hace imposible su disfrute: avalanchas de turistas por horas (atraídos por la propaganda oficial), indigentes rumanos, bandas de trileros, estatuas humanas inverosímiles, tironeros, grupos escolares, ciclistas en fila tras la banderita, etc., que hacen imposible acercarse a esa columna vertebral de nuestra ciudad; antes nacía en las Galerías de la Luz (refugio de los incondicionales futboleros) y desembocaba en el Portal del Mar, la estatua de Colón y las tres carabelas del descubrimiento (desparecidas tras poner algún petardo nacionalistas) y hoy termina en una zona de ocio y reyertas nocturnas. Ahora quieren reducir de los bajos edificados, las tiendas de souvenirs (llenas de banderas, platería y cerámica, equipamentos del Barça, camisetas de la selección nacional, toros de peluche o de metal, abanicos, bailaoras, etc.) que vienen dando (a pesar de las instrucciones de la Consellería de Huguet que recomienda la venta de catalanías) una imagen inapropiada (algunas "concienciadas" seguirán trabajando); los kioskos de animales (canarios,tortugas, hamsters, jilgueros, palomas, conejos, peces de colores, gallos, etc), entrañables entre las familias catalanas, desaparecerán, como lo harán los viejos plátanos de los lindes; los kioskos de prensa, sufrirán una remodelación de aúpa al gusto de los diseñadores de la estirpe (la excusa son las nuevas tecnologías): incorporarán terminales de venta de billetes de autobús o metro, compra de entradas de cine o de teatro, impresión de diarios o revistas digitales, servicios de telefonía, Wi-Fi , pantallas publicitarias en los laterales y cajeros para hacer trámites municipales o consultar la agenda cultural y turística de la ciudad; venderán CD, DVD y loterías de la Generalitat, eliminando souvenirs . Quieren modificar las formas de los locales, su estructura, adaptándolos a los nuevos servicios. Hay que tener en cuenta, que esta es la segunda o tercera modificación estética de las tiendas de las Rambla (el efecto logrado con la perspectiva del tiempo es demoledor, los kioskos de flores se apagan bajo cubículos de vídrio sucios, afeando el contenido, los kioskos de prensa son grandes cubos de propaganda encerrados por una cortina de torniquetes con postales, bufandas y sombreros, El Palau Moia, es un lúgubre cementerio de propaganda rural catalana, la Boquería es un mercado de plásticos de comida comprimida y vasos de jugos para turistas (que los extranjeros devoran por el paseo), la Virreina una cueva cultural, el Teatro Principal moribundo cae de hinojos ante el antiguo Frontón Colón (hoy un gimnasio a la vista), la Rambla de Sta. Mónica es un desierto de huida, y por zonas, los edificios (que no son hoteles) amenazan ruina, la Plaza Real, antes cubierta de cervecerías y freidurías de churros, patatas y cortezas se ha convertido en un lugar "para vagos y maleantes" dedicados al trapicheo, con algún restaurante para guía de "trotamundos". La crisis del sector quiosquero (que al parecer pasa desapercibida para el Govern), ha cerrado 44 kioskos de prensa de los 406 que tienen licencia (es como si la muerte rondase su existencia futura). Con añoranza recordamos aquellos puestos de diarios y revistas (gente conocida) que de tapadillo vendían libros de ediciones extranjeras prohibidos en nuestro país; en casi todos ellos conseguías los diarios y revistas extrajeros (durante 24 horas). En Puerta del Angel, funcionaba un kiosko, ya desaparecido, que ofrecía al día los periódicos de toda España (aunque fuesen de pueblo). Entonces los cambios parecían mas racionales y no perseguían objetivos iluministas; de tanto en tanto veías kioskos modernistas, puestos de bebidas, cerilleras, chocolaterías y pastelerías, tabernas flamencas, limpiabotas, alquile de sillas móviles, vecinos en los balcones, desfilando el personal mas castizo de la ciudad, familias, obreros, burgueses en una mezcla interclasista, etc., restos tradicionales que unían el presente con el pasado. Ahora el nacionalismo, todo lo absorbe y el cielo que nos dan es su cielo, no el nuestro. Esa imagen robótica, uniforme, nos despista y desagrada. Deberían saberlo.
martes, 9 de febrero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Enhorabuena por el artículo.
Solamente una precisión: en Colón , en la Porta de la Pau,solo estaba la reproducción de la Santa María, no la de las tres carabelas de Colón.
Un saludo
Publicar un comentario