martes, 23 de febrero de 2010

Un pasado demasiado remoto para el catalanismo

El nacionalismo no digiere el brillo intelectual de la Cataluña pasada; aquella espesa red de iniciativas creativas, la generosa preocupación de una ju-ventud inquieta, el mundo semiclandestino del compro-miso político y cultural, el ambiente abierto de las noches lúgubres y sorpren-dentes a la vez les pilla con el paso cambiado, es un jeroglífico indescifrable de claves desconocidas; a nuestra clase política les ha llegado el rumor de aquella rebelión ciudadana, les preocupa la añoranza de la BCN de los años 70, y pretenden dominarla e integrarla en su mensaje sectario. Hace unos días el 1er. teniente de alcalde de nuestra ciudad, Carles Martí lo reivindicaba "Queremos recuperar el espíritu canalla de aquellas Ramblas indomables porque quitarle esta esencia al paseo sería matarlo o lo que es lo mismo, liquidar BCN", en un proyecto llamado Rambleros que pretende hacernos revivir en conciertos, exposiciones, representaciones teatrales aquel despertar cultural y sensorial que estalló en el centro de nuestra ciudad (Chino, la Ribera, Ramblas, Paralelo) en aquella época. El otro día en los altillos del Café de la Opera hicieron la presentación oficial: Joan Estrada, los hermanos Poltrona, Xus Estruch, Manel Joseph, Joan Ollé, Manel Barceló, Oriol Tramvia, Pavlosky, Pep Bou, etc. a los que se unirán Pau Riba, Jaume Sisa, Montserrat Carulla, Toti Soler, Javier Cercas, la Banda Trapera del Rio, Mario Gas, Kiko Palomar, etc.; desde el 1 al 28 de marzo se realizarán actividades en una Carpa al lado de Atarazanas (simboliza espacios desaparecidos, Barcelona de Noche, el Zeleste, La Cúpula Venus, el Diana), y homenajes al Gato Pérez, Compañía Electrica Dharma, Christa Leem, al pintor Ocaña (rompedor de tabúes) al que le preparan una exposición, etc.; en las mesas de debate han convidado a Federico Jiménez los santos (sexo, drogas y rock'n'roll); uno de los asistentes comentaba "corrimos delante de los grises, pero también nos lo pasabamos estupendamente". El secreto de los tiempos no acaba en estas convocatoria, en el recuerdo parcial, en la manipulación histórica, en la integración lineal con la política nacionalista dominante, sino en la Barcelona de las manos abiertas, sociedad de acogida, aprendiz, solidaria con los rincones mas atrasados de la península, una ciudad cosmopolita en donde se instalaban Julio Cortázar, Lola Flores, Ocaña, Carlos Cano, Vargas Llosa, García Márquez y tantos otros. No era un asunto que compitiese a una capa restringida de estudiosos, eramos una comunidad oprimida políticamente pero abierta a los cuatro puntos cardinales del universo en donde todos tenían un punto de protagonismo: estudiantes, intelectuales, obreros, rambleros, los alumnos de la Escuela del Teatro, los aficionados a la Opera, y tantos otros; esa vida latente impregnaba bares, locales y comercios del centro de la ciudad, que terminaban siendo un pálido reflejo de la realidad. ¿Como pueden entender eso, aquellos que tienen las orejeras lingüisticas, arrastrando los pies por la corteza del catalanismo mas estúpido y excluyente?

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