domingo, 28 de febrero de 2010

La Generalitat contra el asociacionismo agrario

En gran parte el éxito de la agricultura catalana está en el asociacionismo cooperativo; eso les permite negociar, con las multinacionales sectoriales (vino, carnes, lácteos, etc.), en las mejores condiciones posibles; es una tradición centenaria que nos ha dejado bellísimos edificios (algunos catalogados) en comarcas agricolas interiores. Gran parte de las cooperativas (113) cuentan con secciones de crédito (aglutinan 700 mill/eu y 45 mil socios) que facilitan ayudas entre los campesinos prestandole recursos a aquellos que no han cobrado un dinero. Debido a un concurso de acreedores en Copalme (mal gestionada) que rescató la Generalitat con 7 mill/eu, la Consellería de Economía y Finanzas ha iniciado un proceso para desmantelar ese instrumento único de financiación de las cooperativas y sus socios presentando un decreto-ley regulador del sistema. La Federación de Cooperativas Agrarias de Cataluña (Fcac) ha presentando su radical oposición a las intenciones gubernamentales porque considera que así se acaban con la única viabilidad del movimiento cooperativo cerrando el grifo de su financiación; las pretensiones de Antoni Castell es la de fusionar todas las secciones en la Caixa Rural de Sant Fortunant de Castelldans (comarca les Garrigues) para que de esta manera el Banco de España ha través del Fondo de Garantía de Depósitos garantice los compromisos con los clientes (100 mil/eu en cada caso); en ese sentido la Generalitat compromete 3,3 mill/eu a través del Institut Català del Crèdit Agrari (que aportará a esa Caixa). Las cooperativas (Fcac) responden el sinsentido de crear una "microcaja" cuando la política de las entidades financieras es la de fusionarse entre ellas (sobre todo las minidimensionadas); anticipan un fracaso y una irresponsabilidad administrativa recrear una desconocida Caixa de Castelldans que contará con unos depósitos de 700 mill/eu irrisorios si se la compañara con la mas pequeña de las cajas catalanas, la Caixa de Manlleu que tiene un volumen de depósitos equivalentes a los 2.500 mill/eu. Lo extraño es que Antoni Castell (alternativa a Montilla), cabeza visible de la sociovergencia y del frente catalanista (que defiende CiU) dentro de la camada socialista entre al trapo agrediendo al mundo agrario mas avanzado y experimentado, al cooperativismo agricola (fórmula de socialismo primario), base electoral que con una política inteligente podría romper el monopolio nacionalista.

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