lunes, 1 de marzo de 2010

Incidentes cotidianos

El nacionalismo necesita de los agravios para destilar sus teológicas esencias; hay personajes que al ducharse por las mañanas se despejan cantando "els Segadors", utilizan afeites catalanes, desayunan productos del país, se ponen en la solapa un pin patriótico, compran el diario "enseña" y se van por el mundo con la barretina sentimental a evangelizar a los ciudadanos independientes; son unos personajes peligrosos a los que el común descalifica como "de la ceba" o "del morro fort" porque puede acabar amargándote el día utilizando tus argumentos como excusa para desencadenar una escandalera identitaria. En el aeropuerto de Gerona, una pareja de guardias civiles, se topó con una catalanista de este tipo que agarrándose al agravio del control del pasaje (pesado, pero necesario) y a la protección del poder nacionalista armó la correspondiente gresca insultando a gritos a los agentes del orden; la joven pareja de la benemérita (hombre y mujer) se vieron obligados a denunciar a Àngels Morera por su actitud alterada, hostil y degradante con los guardias a los que calificó reiteradamente de "franquistas" mostrándoles explícitamente su desprecio como representantes de la autoridad; y aunque la razón inicial era la negativa de los agentes a dejar pasar un pote de laca que llevaba la madre de la denunciada ahora ésta alega que ha sido reprimida por "negarse a hablar en español con los guardias, a los que entregó el DNI y acompañó a la sala de policía"; la señora Morera cuenta para su alegación con las palabras de su madre e hija (viajeras acompañantes), mientras que los guardias civiles aportan las cintas de las cámaras de seguridad que registraron el incidente. Todo esto ha dado pie a que el nacionalismo verbenero, haga causa común con "la nueva heroína" a la que apoyan de forma incondicional dando por buena la versión de que fue vejada por hablar en todo momento en catalán (el desmentido de los agentes no sirve) oponiendose a los requerimientos para que hablara en español. La fiscalia pide una multa de 200 eu para la acusada por "evidentes contradicciones entre la denunciada y sus testimonios". Curiosamente el destino del viaje contratado por Àngels Morera es la pequeña población del Alguer (ciudad sarda en donde algunos ancianos mantienen como idioma propio el catalán). Ya se sabe, la sra. Morera ibas en busca del sueño imperialista mediterráneo de la Cataluña medieval y unos desaprensivos se lo han roto (la realidad es así de tozuda). En eso estamos.

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