jueves, 29 de abril de 2010

La ética policial

El buenismo es una enfermedad política cercana al infantilismo que resulta especialmente peligrosa si la propaga Joan Saura con la colaboración del ex fiscal anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo. Olvidados los conflictos del año 2007 que sacaron a la calle a mas de 4.000 mossos d'esquadra pidiendo su dimisión (descrédito profesional por el caso de los maltratos en la comisaría de Les Corts y la instalación de cámaras de seguridad en las comisarías) el Conseller d'Interior se ha propuesto ahora poner en servicio "Un código ético en el cuerpo en su relación con el ciudadano y dentro de la propia policía" para lo cual formó un Comité de Etica compuesto por algún jurista, un representante de los mossos, otro de la policía local y en su cabeza el controvertido Jiménez Villarejo. Para darle curso al mencionado reglamento antes de ayer se puso a votación dentro del Consell de la Policía (16 representantes de la administración y 16 repesentantes de los sindicatos policiales) ofreciendo como resultado un varapalo fenomenal para la Consellería: 23 votaron en contra, 4 a favor, 2 se abstuvieron, 1 votó en blanco y 2 se ausentaron, lo que viene a decir que incluso entre la jerarquía del departamento de Interior 12 personas votaron en contra o sencillamente no parecen convencidos de las razones del Superconseller de la Porra. Los sindicatos, abiertamente contrarios a sus jefes políticos han asegurado, tras la consulta, que Interior "no tiene legitimidad democrática para aprobar el proyecto por Decreto del Govern"; ellos consideran innecesario el mencionado Código Etico, puesto que al margen del régimen interno, existe un reglamento europeo de buenas prácticas que señala "como han de ser las actuaciones de los agentes sin tener en cuenta las instrucciones internas del cuerpo"; por contra la Consellería de Interior asegura que tirará adelante con el proyecto porque es una de las principales obras de gobierno con las que ICV quiere dejar su sello en esta legislatura; además, apuran, los resultados de la consulta al Consell de la Policía no tienen carácter vinculante por lo que se consideran liberados para hacer lo que les parezca bien. Por su parte los servidores del orden han amenazado al tripartito "con el peor final de legislatura posible. La campaña será terrible" incluyendo todo tipo de movilizaciones, manifestaciones y actos; "no es ético aprobar por la fuerza un código ético" ha dejado dicho el secretario general del Sindicat de Policies de Catalunya. El nacionalismo en su versión mas izquierdista, no capta la miseria de las calles, es incapaz de palpar la dura realidad y resolver en consecuencia democráticamente (estamos en un estado de derecho), pretenden crear lo nunca visto en el mundo mundial, un cuerpo de policía ejemplarizante, que recomiende y no reprima, que avise y no detenga, que ayude y aconseje, que se deje intimidar y no multe, una especie de congregación laica de hermanitas de los pobres delincuentes.

No hay comentarios: