En un régimen capitalista el valor del dinero alcanza la categoría de valor ético: ¡Tanto tienes, tanto vales!; los partidos políticos al margen de sus raíces ideológicas o de consideraciones programáticas no escapan a esa adoración del becerro de oro: ¡El dinero todo lo puede y todo lo mueve!. Es normal que en las relaciones sociales a cierto nivel, o en el campo diplomático, los contactos nacionales o internacionales acaben con la firma de ciertos tratados que benefician la expansión o protección del mercado nacional (el estado defiende al capitalismo interior asegurándole conexiones universales). Vemos con normalidad el intercambio de regalos: un incunable, una pintura destacada, una medalla, etc., que para salvar la integridad moral del servidor público: rey, presidente, etc., pasa a Patrimonio del Estado o al que corresponda según el nivel de la representación política. Caso excepcional es el del nacionalismo representado por Josep Lluis Carod que se apropió de una lanza aborigen de las selvas amazónicas para instalarla en la pared de su estudio en el domicilio personal (los nacionalistas confunden lo público con lo privado, el país con sus habitantes, su ideología con la religión revelada). La discreción es recomendable porque vivimos en una sociedad dominada por los vicios corruptores del dinero y por tanto la propiedad de las cosas (públicas o privadas) tiene que deslindarse perfectamente y penalizar a corruptores y corruptos (la máquina constitucional se engrasa con la judicatura); es un axioma sistémico el ¡nadie da algo a cambio de nada! y nuestro país vive una tormenta corruptora que afecta horizontalmente a todos los partidos: caso Pretoria, Malaya, Gürtel, Baleares, etc. En pleno zafarrancho El País saca la noticia de que los partidos deben a las Caixes Catalanes la astronómica cifra de 54 millones de euros de los que corresponde el 45,34% de la deuda a la coalición nacionalista de CiU (24,37 mill/eu); pero todo el mundo se alinea en ventanilla, la coalición PSC-PSOE tienen pendientes 13,5 mill/eu, ICV-IU-EUiA mas de 12 mill/eu, el PP casi 2,2 mill/eu, etc.; la Caixa es la entidad acreedora mas importante (41,85 mill/eu). De este cómputo están excluidos los Bancos, que a diferencia de las Cajas no tienen la obligación de remitir a la Comisión Nacional del Mercado de Valores el dinero que prestan a los partidos políticos ni si los mismos están al corriente de pago. En esta situación de crisis económica que viene colocando a tantos ciudadanos en el paro la gente se pregunta si las ayudas multimillonarias al sistema financiero (que está ayudando a sanearlo) no tendrán algo que ver con las condonaciones de deuda que reciben entre otros el PSC (mas de un millón y medio de euros en la anterior campaña electoral) y el oscurantismo económico que sufrimos (las Cajas intervenidas por la política son un poder fáctico que envuelve la corrupción). Muchos de nuestros políticos mas inútiles descansan sus posaderas en esas entidades de crédito y sus empresas dependientes (un dulce retiro grandiosamente retribuido por el ahorrador); en el último retoque normativo del Govern de la Generalitat se dejó la puerta abierta para que las Caixas retribuyen a sus directivos al margen de dietas (con la esplendidez que quisieran) con una retribución acorde a sus cargos. ¡Olé! Y los políticos en activo continúan lloriqueando por su falta de liquidez y financiación electoral con toda la desfachatez del mundo.
miércoles, 21 de abril de 2010
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