Pasado mañana, día 21, en el salón Sant Jordi del Palau de la Generalitat se entregarán las condecoraciones dichas "Creu de Sant Jordi" que reconocen a 32 personalidades y a 13 entidades los méritos contraídos en el tiempo: "pels mèrits prestats en serveis destacats a Catalunya en defensa de la seva identidat o, més generalment, en el pla cívic i cultural". Esta medalla encapsulada en terciopelo que empezó a repartir en 1981 de forma indiscriminada Jordi Pujol ha sufrido la degradación implícita a iniciativas colegiadas con el sello catalano-nacionalista: la recibió Millet después de ser juzgado y condenado, el conde de Godó (de tantas deudas morales), como también la poseen infinidad de personajes y personajillos que se mueven en el entorno del catalanismo (la tiene un ilustre exconseller con despacho frente al Ritz que pagó, en representación de una empresa, con dinero negro a trabajadores de una empresa textil); obtener el galardón es motivo de broma ciudadana ¿Lo tienes? -No, pero conozco a alguien que me lo conseguirá el año que viene (y medio en broma, medio en serio el trofeo se ha multiplicado hasta el infinito); un querido amigo personal (presidente de una conocida AAVV) se empeñó en lograrlo, y él mismo, recogiendo firmas, visitando a políticos, gestionándolo a las puertas del poder, consiguiendo algunos respaldos y al fin le fue concedida con "honor" (su ego sufrió una desilusión al conocer que la Creu a lo único que le daba derecho era a una esquela funeraria en la prensa en el momento de su defunción). Su desprestigio es tal, que mas de una docena de personalidades de contrastado pasado antifranquista (entre ellas el cantante Raimon) se han negado a recibirla; para mejorar la parafernaria nacionalista y el prestigio de sus instituciones se ha acordado crear otro trofeo patriótico, La Medalla d'Or de la Generalitat que distingue a personalidades excepcionalmente importantes en sus servicios al nacionalismo. Este año el premio le ha caido a los exfiscales del caso Banca Catalana, José María Mena y Carlos Jiménez Villarejo (enlodados en todas las trifulcas antidemocráticas), Isidre Fainé, Montserrat Carulla o Salvador Gabarró (empresarios de misteriosos designios universalistas), al independentista Jordi Porta (Omnium Cultural), el Ilustre Colegio de Notarios (que nos ayudan a decidir), el colectivo de maestros Rosa Sensat (manipuladores de la lengua materna en la educación) y también Alberto Aza (Jefe de la Casa del Rey, del que se espera una manita politica, una predisposición estatutaria positiva o una complicidad republicana). De risa. Entre esa coral ecuménica hay que situar en un comedor aparte a una entidad emérita de viejos luchadores obreros: El Memorial dels Treballadors de Seat que preside mi gran amigo Carlos Vallejo (detenido por la brigada politico-social en dos ocasiones, despedido, exiliado en Francia e Italia, miembro fundador del comité europeo de Wolkswagen, etc.), José Carrizosa, Lluis Lou, Faustino González, Eduardo Peironcell, Salvador Farré, Armando Varo, y tantos otros, que estan consiguiendo mediante exposiciones, publicaciones, conferencias, visitas a viejos directivos de la empresa y a las administraciones públicas, recuperar desde la arquitectura en aluminio (única en el mundo) de Ortiz de Zárate, a nombres de viejos luchadores olvidados, conseguir una calle al trabajador Antonio Ruiz Villalba (asesinado por la policía en la ocupación de la fábrica), una boca de metro de la L-9 en Zona Franca, libros, la memoria de la BCN real de estos tiempos, en fin, una fundación encomiable; aunque con muchas dudas ellos también recogerán la Creu de Sant Jordi. ¡Salud y que aproveche (la paellada en el local social de Rambla Marina en L'H)!
lunes, 19 de abril de 2010
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