
Nuestra lengua universal, el español o castellano, sigue apareciendo ante el mundo
nacionalista como la culpable de la mayoría de las enfermedades que asolan a la
civilización y al diálogo
intercultural: el expolio sangrante, el sufrimiento inhumano, la crueldad endé-mica, el atraso económico y la sempiterna humillación de la
colonización histórica y cultural de aquel mundo "en el que jamás se ponía el sol". El
nacionalismo no perdona y al menor descuido arrincona y expulsa al castellano de la vida pública; para ellos el español como lengua común no es un instrumento al servicio del entendimiento, antes al contrario, es un instrumento político del estado jacobino que pretende con la uniformidad de todo el país destruir el alma, la identidad cultural y
lingüística de los catalanes (los mas exaltados hablan de una nueva persecución
franquista). Por es camino llegamos al esperpento de las propuestas políticas de los
nacionalistas y sus amigos de "la izquierda" (los esperantistas o internacionalistas) para convertir en realidad el absurdo: 34 senadores de diez partidos y cuatro grupos (
PSC,
CiU,
ERC,
PNV,
ICV-
IU,
BNG y casi la totalidad del grupo mixto) han presentado una propuesta de nuevo Reglamento para el Senado que obligaría a instalar en el mismo sistemas de traducción simultanea para que los senadores se entiendan a través de auriculares e interpretes
oficializando en todo el país las lenguas vernáculas de las autonomías (castellano, catalán, valenciano,
euskara y gallego); de esta manera los españoles
castellanoparlantes en su inmensa mayoría (incluidas las excepciones de dualidad idiomática)
visualizarán una imagen distorsionada de nuestra nación; una especie de torre de Babel
nacionalista en la que cada expresión
representará un interés distinto a la de otra, y todas en causa común contra el castellano (el mas vil y opresor de los idiomas españoles). Al parecer el pleno cuenta con el voto a favor del
PSOE, con lo que la resolución saldrá adelante por mayoría; de esta manera se habrá alcanzado el objetivo de los
nacionalistas: en adelante en los Plenos, en las Comisiones, en las preguntas al Presidente del Gobierno o a los Ministros habrá que utilizar la traducción simultanea (en televisión veremos
subtítulos); la actividad parlamentaria en su totalidad, incluidas las
comunicaciones por escrito, serán
multilingües. Lo que hasta aquí
habíamos entendido como una riqueza cultural
increible de nuestro país (varias lenguas y dialectos) parece convertirse en un
boumerang que acabará destrozándonos; porque naturalmente, conociendo al catalanismo, esto solo es el principio. Y
ZP sigue en su inconsciencia, gastando y gastando en estas chorradas (personal, tecnología, etc.), logrando, en su maldad o ignorancia, agravar por añadidura la crisis
institucional del Estado. ¡Irresponsable!
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