Estaban asustados ante los sucesivos acontecimientos que amontonaban los casos de corrupción en la tribu de marras; las encuestas oficiales no podían esconder el descrédito de la clase política que ante la opinión política era un tapón de corrupción e insolvencia en la evolución del sistema democrático; en vez de ser la solución para la integración, representación y participación de la ciudadanía las organizaciones políticas aparecían ante la opinión pública como su problema fundamental. Los numerosos consejeros a sueldo de los partidos, incluidos periodistas afines comenzaron a trabajar meritocráticamente para cambiar las tendencias publicando la opinión de que era necesario cambiar el sistema para interesar de nuevo al cuerpo electoral, los profesionales, como no podía ser de otro modo, se hizieron eco de la recomendanción y todos con Montilla al frente pusieron en marcha la Ponencia para una nueva Ley Electoral de Cataluña en noviembre-09; en este tiempo se han debatido veinticinco de los cincuenta puntos que aparecen en un informe de los "expertos" y el acuerdo a día de hoy parece imposible; el consenso en cuatro cosas, absolutamente superficial, ha supuesto un esfuerzo inutil en ese escenario partidario: las elecciones se harán en día festivo, se crea la Sindicatura Electoral (existe la preocupación por su composición de la que todos esperan formar parte) en sustitucion de la Junta Electoral, este organismo se encargará de la campaña institucional de información pública y por último la distribución de sobres se hará también con papeletas en braille. En este punto Ernest Benach, excelentísimo President del Parlament de Catalunya, levitando sobre nuestras cabezas, ha tenido el detalle de aconsejar al pluripartito nacionalista en un artículo de opinión (Una ley para la política) en un periódico local con una insipidez insultante: "No se trata de imitar el modelo alemán (doble voto) o danés, ni de pedir sacrificios a ningún partido, sino de articular el modelo catalán, algo propio que respete las características particulares y preserve el pluralidad política de nuestro país", en definitiva mover poco las cosas, maquillar ligeramente el sistema para que la distribución y el casticismo de la élite institucional se mantenga, en lo posible, incólume. El árbitro del parlamentarismo regional, del que desconocemos si en su etapa profesional anterior ejercía de basurero o auxiliar administrativo en Reus (por cuenta de la Generalitat) sugiere en seis apartados lo que debe significar la nueva Ley: recuperar el informe de los expertos como base de partida en la Ponencia, como especifica el Estatut la ley debe equilibrar territorialidad y proporcionalidad destacando el papel de los partidos como intrumento colectivo, defender el pluripartidismo actual en contra de los modelos bipartidistas ajenos a nuestra realidad, una Sindicadura Electoral Catalana, renovar los canales de participación (incorporando el voto electrónico, implicar al Colegio de Notarios en el voto anticipado, urnas móviles para masias, hospitales, o asilos), mecanismo ágiles para acceder a los trabajos parlamentarios. El personaje, famoso por el tuneado de su coche oficial que le traslada comodamente a diario desde Reus a BCN y viceversa, concluye. "Sobre la base del Estatut de Autonomía podemos una ley electoral que de paso a los cambios que precisa la politica catalana para adaptarse a la Cataluña de nuestro tiempo" para terminar (habla el President del Parlament con su obligada imparcialidad) "La sociedad nos reclama que seamos responsables y estemos a la altura. No hacerlo sería un fracaso importante y debería determinarse el grado de culpabilidad de cada uno, porque entre otras cosas no todos los políticos somos iguales". Fenomenal, en do bemol justiciero ha hablado un habitual de la llotja del Camp Nou y amigo de Jan Laporta. La triste realidad parlamentaria se ajusta a los trabajos de los ponentes de la nueva Ley, ensimismados con la campaña electoral próxima que conduce a las autonómicas y en función de sus resultados ya se verá; la Norma electoral estará condicionada por los posibles pactos postelectorales y el interés partidario de los vencedores. Muchas palabras, un montón de engaños y pérdidas de tiempo. Como de costumbre, no se cansarán trabajando, no.
martes, 5 de enero de 2010
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