En un artículo aparecido en su blog el ex-Secretario General de la CONC, José Luis López Bulla llega a la conclusión de que el modelo sindical actual necesita una profunda renovación; lo hace a propósito de las elecciones sindicales cuyo proceso, esta vez, comienza en septiembre; en beneficio de las dos grandes centrales sindicales (UGT y CCOO) se muestra partidario de eliminar, de momento, dicha convocatoria ya que la considera perfectamente inútil; los Comités de Empresa, órganos unitarios de representación colectiva han perdido su sentido porque "hay un desajuste con la actual morfología del centro de trabajo y por su desubicación de los cambios en la economía global" (?). Lo que preocupa al "Gordo" (dicen sus amigos) es la falta de afiliados del sindicalismo confederal ante la succión representativa de los Comités de Empresa que hacen innecesaria la petición del carnet de asociado al trabajador independiente. Considera que en el último trimestre del 2010 todavía estaremos instalados en la crisis económica, con la consiguiente retahila de conflictos colectivos, revisiones laborales y convenios, y en esas condiciones es insensato desgastarse desplazando la atención en ganar en la confrontación electoral; hay que tener en cuenta que el sindicalismo actual es incapaz o impotente en la dispersión de sus prioridades; además el gasto millonario electoral oxigena al "anciano" instrumento del Comité de Empresa que para López Bulla es un forma sindical "non grata" que hay que superar. Como sabe López, actualmente, los Comités (que acumulan horas individuales) conviven en el centro de trabajo con las Secciones Sindicales (con liberados del Sindicato); el viejo lider sindical, quiere remozar los esquemas de la transición (Estatuto de los Trabajadores) disolviendo la visión pereclitada de los órganos sindicales de base (Comités y Secciones), razón por la que pide una reflexión a las direcciones de UGT y CCOO en sentido rectificador. José Luis, no aporta soluciones concretas, pero si incide en denunciar que si hay una polarización representativa hacia el interior del sindicato, la estructura interna tiene que removerse democráticamente desde los cimientos, porque no responde a una realidad cambiante; "mientras el sistema productivo y económico se orienta hacia lo nuevo, el sindicalismo continúa anclado en la Transición". Nosotros no nos aclaramos, sumergidos en la flexibilidad, ductibilidad, la intemporalidad, el paro, convenios individualizados, nuevos derechos de ciudadanía social, medio ambiente, innovación tecnológica, etc. el viejo sindicalismo se ha convertido a día de hoy en un anacronismo insultante, acentuado porque a segundo, tercer nivel, etc. la representación democrática del Comité de Empresa (que nace en sus inicios del voto independiente de todos los trabajadores del centro de trabajo) queda anulada en favor de los funcionarios sindicales (de UGT y CCOO) que son los que negocian realmente las condiciones de vida y de trabajo de millones de trabajadores; por eso los sindicatos forman parte de muchos Comités de Empresa. Unos sindicatos que han acumulado un incalculable patrimonio y que reciben cientos de millones de euros a nuestras expensas. Lo que faltaba es que nos obliguen a entrar en un ejército aborregado de afiliados a un sindicato por orden gubernativa, y que nos pastoreen a su gusto.
miércoles, 20 de enero de 2010
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