La piedra angular de la política catalana trata de convertir a una lengua, a la que califican como "propia" en la exclusiva del país en detrimento de la mayoría de los ciudadanos que usan el español en sus conversa-ciones personales o públicas. El objetivo es convertir al catalán en lengua indiscuti-blemente, el idioma de la cultura, el institucionalmente oficial, el de los coleguis, rebajando al castellano a posiciones secundarias, a la altura del árabe, chino, urdú, serbio o ucraniano; el inglés come aparte porque es la excusa de toda nuestra clase política para la globalización. Se está creando un corte clasista entre las capas bajas de trabajadores y nuevos inmigrantes que viven en distritos o barriadas dormitorio conversando en castellano y gran parte de las capas medias y alta burguesía de nuestro país que se relacionan indistintamente en uno u otro idioma, y que en su condición indígena son los llamados a mandar socialmente reproduciéndose hasta el infinito. Si los catalanes, especialmente los barceloneses, hace unos años era personajes amables que cambiaban al idioma de un compatriota de forma automática por educación, ahora nos encontramos, y cada vez con mas frecuencia, con individuos ceñudos que, como besugos, mantienen un diálogo con cualquier foráneo (uno en catalán, el otro en español) logrando intransigentemente la incomprensión mas absoluta; esa imagen agriada de la vida pública es el resultado de una doblez del pujolismo que ahora reluce esplendorosamente con el tripartito. Los nacionalistas chirrían los dientes ante el descaro de los castellanohablantes que continúan dominando el ocio, la prensa, el libro, las relaciones personales, etc. aunque reculen ante el ascensor social; por eso la persecución a los maestros en las escuelas e institutos (con avisos de sanciones), la pancarta en una escuela de Cornellá obligando a los alumnos a relacionarse en el patio en catalán; los controles en la sanidad respecto a los usos idiomáticos (violando la confidencialidad de los informes médicos), la expulsión de la periodista uruguaya Peri Rossi de una tertulia nocturna en Cataluña Radio (acusaba a los inquisidores de mezquindad y torpeza), la sanción a Mossos de Esquadra por elaborar informes en castellano, las multas a Horchatería Valenciana por rotular en español, a Fincas Nebot, a nuestro amigo Xurde Rocamundi por lo mismo (1.2oo eu del ala), etc. Muchos intelectuales han levantado su voz contra tanto abuso, recuerdo un manifiesto firmado por Caballero Bonad, Mario Benedetti, Arcadi Espada, Francesc de Carreras, Carles Duarte, Ana Maria Moix, Julia Navarro, Esther Tusquets, Beatriz de Moura, Felix Ovejero, Nuria Amat, etc. sin que se haya movido una pluma dentro de la campana aislante del catalanismo. Un grupo de talibanes, vigilantes de los usos lingúisticos, apoyados en la delación ciudadana han creado un cortafuegos aislante, que impide el despegue social a profesionales o pequeños empresarios (catedráticos, médicos, ingenieros, etc. huyen despavoridos hacia comunidades mas tolerantes), perpetuando una comunidad intolerante. Lo último conocido es la imposición de una multa a la Escuela de Criminología de Cataluña (entidad privada), consecuencia de una denuncia de Dirección General de Universidades (a la que incitó una inspectora de la Agencia Catalana de Consumo); el Govern se aferra al art. 32.3 de la LPL "la señalización y carteles, así como la oferta de servicios tienen que estar redactados al menos en catalán" amenazando, en caso de contumacia, con incrementar la sanción a 10 mil/eu; el subdirector de la Academia, José L.Giménez considera la medida "un despropósito, una locura. Nadie en todos estos años de trabajo nos ha pedido un folleto en catalán"; nuestro criminólogo elocuentemente -dice- " esta es una muestra mas de la persecución inquisitorial que sufrimos los castellanoparlantes en Cataluña (casi un estado nacionalsocialista). Somos prisioneros de la administración que impide que nos relacionemos normalmente"; parece resurgir aquel régimen criminal que dominó Centro-europa que marcaba los comercios semítas antes de destruirlos (aquí se señalan los comercios rotulados en español con la pegatina "aquesta empresa discrimina el català" antes que los delatores actúen con santa impunidad). El sr. Giménez (nacido en BCN) es monolíngüe porque "su lengua materna es el español y en este idioma piensa y se expresa mejor"; obviamente el nacionalismo está creando ciudadanos de 1ª o 2ª clase en función del idioma, un intento clarísimo de división social sorteando los derechos constitucionales de todos. La Academia ha interpuesto un recurso contencioso-administrativo ante un tribunal de 1ª instancia. Después, si es preciso, recurriran ante el TSJC. Es lo mismo que hace el sr. Rocamundi (el cual se muestra dispuesto a recurrir ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos). La lucha individual (lógica) necesita el calor de un movimiento superior que la acompañe, una Plataforma antinacionalista capaz de plantar cara a la imposición totalitaria del Régimen. En estos momentos resuenan actuales las palabras de Brecht (o Martin Niemüller),
Primero apresaron a los comunistas,
y no dije nada porque yo no era comunista.
Luego se llevaron a los judíos,
y no dije nada porque yo no era judío.
Luego vinieron por los obreros,
y no dije nada porque no era ni obrero ni sindicalista.
Luego se metieron con los católicos,
y no dije nada porque yo era protestante.
Y cuando finalmente vinieron por mí,
no quedaba nadie para protestar
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