La libertad de prensa es el corolario de cualquier régimen; el número de lectores y la independencia de los profesionales dentro de la variedad ideológica de las cabeceras han convertido a los medios escritos en señal inequívoca de buena salud democrácia en el constitu-cionalismo universal. Bajando al sur, separados por un estrecho brazo de mar continental nos topamos con un vecino desconocido, en donde sabemos que entre otras cosas, se conculcan a diario los mas elementales derechos; el Marruecos moderno es un un reino medieval, con barnices políticos ilustrados y decorado a semejanza occidental pero cuya pulpa de poder destila arístocracia territorial, corte religiosa, y supremacía ejecutiva de Palacio. El ejercito, la justicia, el parlamento, los partidos, policía o sindicatos marroquíes se subordinan a los caprichos de la Corte. Los españoles que asistimos incrédulos a la corrupción institucionalizada de la mordida jerifiana, no dejamos de admirar el valor de nuestros hermanos africanos: Ali Lmrabet (autor de la entrevista a Malika Ufkir desaparecida junto a toda su familia durante veinte años por venganza real), fundador de Demain ( cerrado por Yusufi de USFP), denunciante de los abusos en el Rif, de la situación de abandono de los prisioneros marroquíes en manos del Polisario, de la corrupción, caricaturista de la clase dirigente, informante de la venta del palacio real de Sjirat (por lo que fue condenado a 4 años); al declarar posteriormente al diario Al-Mustaqil que los saharauis de Tinduf eran refugiados (no prisioneros del Polisario) es condenado por el Estado alauí a no ejercer la profesión periodística durante 10 años y una multa de 50 mil dirhams. Siguiendo su ejemplo Taoufip Bouachrine y Khalid Gueddar han sido condenados a 1 año de cárcel (atentado contra un emblema del reino con connotaciones antisemitas) mas 9 mil eu de multa y 3 años (por faltar al respecto a un miembro de la familia real) y multa de 270 mil euros (que tienen que abonar al Principe Mulay Ismail); el tribunal ha cerrado el diario en el que trabajaban, Akhbar-al-Youm (Reporteros sin Fronteras ha apelado al indulto Real). Hace unos días funcionarios de justicia echaban el cerrojo a los locales del diario francófono Le Journal "por impago de deudas en los últimos siete años" a lo que responde su director el Abubark Jamaï que el cierre responde a la línea editorial "crítica con el poder, hablando sin tapujos de la monarquía, el islam o el Sáhara Occidental" (los tres lados oscuros del Marruecos oficial). El diario, sometido a un boicot sistemático de publicidad ha vivido con dificultades económicas que han solucionado con el apoyo de los lectores y pagando la SS de la mejor manera posible. Le Journal ya fue prohibido en el 2000 (huelga de hambre de Jamaï), sufriendo una represión económica que les obligó a cambiar la titularidad de la propiedad; Abubark Jamaï multado por poner en duda un informe europeo calcado de la posición oficial de Marruecos sobre el Sahel, dejó el diario y se trasladó a España; su vuelta a Marruecos "no sentó bien en Palacio". El editor del semanario Al Misha'al, Driss Chatane ha acabado con sus huesos en la cárcel por informar sobre la salud del rey Mohamed VI. Reporteros sin fronteras llama la atención sobre la falta de expresión en Marruecos, "la prensa corre peligro ya que está herida de muerte". Tenemos presente la vesanía de nuestros mutuos paises al abordar el caso de Aminatu Haidar (la patriota saharaui) en la que algunos periodistas marroquíes se atrevieron a tachar la gestión de su país de "estúpida, inmoral e ilegal", arriesgando su integridad personal, familiar, social y profesional. Ese mundo oriental norteafricano se cierra como una ostra ante el diálogo cultural (alianza civilizadora) pero flojea ante el valor ciudadano de los miles de viajeros en patera buscadores de "una vida mejor", ante una juventud occidentalizada, ante la fuerza de las nuevas tecnologías, de Internet, o las ondas de radio y la cobertura televisiva de nuestras grandes cadenas que barren el país; dificilmente "nuestro amigo del sur" podrá mantener esa autocracia inmutable y eterna, suspendida en el paraiso de Alá, en contra de los complejos nuevos tiempos modernos.
domingo, 31 de enero de 2010
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