miércoles, 13 de enero de 2010

Socialista y nacionalista

Sustituyó a Marius Diaz (PSUC) en el año 1983, gobernando Badalona de forma ininterrumpida du-rante dieciseis años; Joan Blanch Rodríguez (PSC) llevó a la práctica una política expansiva, con formas autoritarias que le enfrentaron a las organi-zaciones vecinales de la ciudad, perdiendo al final el apoyo de su propio partido (expulsado, no quiso abandonar su escaño en el Parlament pasando al grupo Mixto e intentando crear un partido propio); otro advenedizo que ocupando un espacio electoral felipista (PSOE) lo ponía al servicio del nacionalismo, amordazando a la masa trabajadora dominante en esa ciudad emblemática del Barcelonés Nord. Los socialistas que han girado hacia el oportunismo que representa Montilla siguen en la alcaldía, arrastrando hacia el fondo la desconfianza ciudadana (la abstención), lo que ha hecho emerger alternativas como la representada por García Albiol (PP), xenófoba y conservadora. Joan Blanch es, pues, el alcalde por antonomasia de Badalona, el que ha imprimido un estilo de gobierno abriendo las puertas al nacionalismo y a la derecha conservadora. Ahora, Blanch, se destapa con un llamamiento público al PSC a que participe en la independencia de Cataluña "ya que ésta se ha convertido en una colonia del Reino de Castilla"; con un desconocimiento brutal de nuestra historia subraya "la nación española es un montaje ideológico de los castellanos para tener sometidas a las minorías nacionales que hay en la peninsula; se escapó Portugal y los otros no pudieron. Esa es la realidad objetiva, aunque nos pese; lo sabe todo el mundo pero nadie lo dice". El famoso ex-alcalde se ofrece a los socialistas acompañadose del filósofo de "la tortilla" Xavier Rubert de Ventós (amigo de los Maragall y conseguidor de favores) o de Jaume Sobrequés (historiador del Barça) porque -dice- hacemos falta en el proyecto independentista. Alineado con la aristocracia socialista y catalanista en sus palabras subyace el odio de clase, un rencor incomprensible hacia los que le auparon al poder, un visceralismo hacia sus votantes socio-españoles (que vibran con el flamenco, el pasodoble, la jota o la muñeira) "el dinero que nos sacan lo quieren para continuar con el desorden del Estado castellano; que reformen ellos España, pero sin nuestro dinero. Que nos dejen en paz". Saca toda la hiel de sus entrañas desafiando al Derecho Internacional "Tenemos derecho a la autodeterminación ya que somos una colonia. Los catalanes no podemos permitir que nos quiten la tierra". La proximidad de ciertas sensibilidades socialistas a las tesis mas peregrinas que vienen del grupo terrorista MDT (desaparecido) nos dejan sin respiración quedando reflejadas en la relación que mantiene Blanch con los grupos extremistas del CUP (hace poco en sus locales reclamó una consulta independentista en Badalona). Demagógicamente vuelve a repetir el viejo discurso preconstitucional "con la independencia (entonces atutonomía) de un Estado en quiebra los beneficiarios serán los trabajadores, los autónomos, pequeños empresarios, funcionarios, profesionales libres, etc., la gente que no puede llegar a final de mes, los que sufren, los que no pueden pagar la hipoteca, porque lo que tenemos es un expolio, que en los últimos tiempos se ha agravado muchísimo", Para el ex-edil socialista lo que falta es que "el PSC se incorpore al proyecto independentista", "sus cuadros ya conocen a Madrid porque han tenido suficiente trato con ellos". Este revisionista de las esencias socialistas (la igualdad a través de la lucha de clases), desconfía de la dirección de su ex-partido (procedente del Baix Llobregat) aunque confía en la rebelión de sus cuadros (catalanistas) para cerrar de un portazo la Constitución del 78 y abrir el Reino a las taifas. Hasta aquí podría llegar (sino lo remedia el seny colectivo) la demencia senil de un partido que lucha por superar la historia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Una pregunta, ¿qué es la "xenofovia"?