
El
nacionalismo en su afán por salirse del cuadro nacional continúa acopiando funciones de cuya competencia, por mandato constitucional, de-
bería encargarse
exclusi-
vamente el Estado; en esta ocasión volvemos a comentar los continuos gambitos al Ministerio de
Asuntos Exteriores; el
sr.
Carod Rovira vicepresidente de la
Generalitat "en plena normalidad
institucional" viene efectuando encuentros regulares con sus "embajadores" en París, Bruselas,
Berlín, Nueva
York y Londres para diseñar una política conveniente al
nacionalismo; el presupuesto de la
Generalitat para este año incluye 2,2
mill/
eu destinados a gastos de mantenimiento y alquiler; los sueldos van aparte: en cada delegación trabajan de 5 a 10 personas encabezados por un delegado que tiene rango de Director General y cobra 87.500
eu/anuales, no se cuentan viajes, regalos, ni actos oficiales (con el correspondiente
catering). Insistiendo en la misma política,
Carod informa que en este año se abrirán nuevas "embajadas" en Méjico, Asia (
probablemente China) y Marruecos (
Rabat o
Casablanda) en donde desde los tiempos de
Pujol existe una delegación menor. La
viceconsejera de Asuntos Exteriores, Rosa
Clavell,
dió a conocer el propósito del Ejecutivo de crear un cuerpo de
funcionarios especializados (aprobado hace 15 días por el
Govern) compuesto en principio por personal de las distintas
Consellerías que saben de temas de Exteriores, añadiendo que en próximos días se hará "
una convocatoria de empleo público para incorporar expertos creando una masa crítica de especialistas en relaciones internacionales"; la idea es conseguir que la
viceconselleria que dirige sea en el futuro la nueva
Consellería de Asuntos Exteriores de la
Generalitat encargada particularmente de las relaciones con las
instituciones europeas (el radical Carretero reclama información y servicios de inteligencia). El plan político de la
Generalitat ha sido consensuado "
por universidades, entidades cívicas (?), Generalitat y CiU", lo cual viene a significar que aunque se produzca una victoria de CiU en las elecciones de otoño la idea fundamental contenida en el documento unitario se mantendrá; Cataluña obtendría plenas competencias exteriores, favoreciendo la internacionalización de la economía catalana, convirtiéndose en un actor internacional comprometido y responsable; se trata de conseguir una diplomacia pública que canalice a entidades culturales, ayuntamientos, empresas, etc. proyectando las relaciones internacionales de la Cataluña nacionalista ; asimismo se pretende regularizar la participación directa en organismos como la ONU o la UNESCO, fortaleciendo las relaciones con los 98 consulados de diferentes paises tienen en Barcelona (nuestra ciudad cuenta con una numerosa representación diplomática). Esa mundialización de la singularidad catalana tiene para el nacionalismo el interés prioritario de relacionarse con regiones o paises en los que hay que intervenir de forma inmediata reservándoles unas relaciones privilegiadas (Vascongadas, Galicia, Escocia, Croacia, USA, China, Marruecos, etc.). Lo anterior (ese salto de piola sobre la nación española) nos recuerda los peligrosos delirios nacionalistas del catalanismo (que exige movimientos expansionistas de fronteras y aspiraciones fantásticas), que voluntariamente pasa de la contención del gasto en las administraciones públicas (para librarnos de la crisis económica), cuando lo que está en juego es dessarrollar un movimiento por la independencia y el desgüace de España. Y la mejor forma de hacerlo es haciéndolo.
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