Los soldados de fortuna de la harka socialistas tiemblan ante el frio otoño electoral que anuncian las encuestas. Su capitán, Montilla "el triste", discutido por la fracción catalanistas de su propio grupo en el Govern, aislado por amplios sectores sociales pro-psoeistas, desamparado por la ciudadanía, cuenta con un grupo reducido de aparatniks (que cual gladiadores aguantarán matando hasta el último momento) para poner en vereda a los inconformistas y preparar la temida campaña electoral. Y qué mejor manera que utilizar al máximo exponente del "catalanismo de izquierdas", Raimón Obiols (exiliado en Estrasburgo) para enyugar a esa corriente de pijos (los Maragalls, la Tura, el Castells) en la labor subordinada de fidelidad indiscutida a don José. Su habilidad maquiavélica nos destruye. La ocasión fue el primer plenario de la "Conferència Oberta Catalunya Causa Comuna" en un escenario espectacular de la Fira de BCN; en ese auditorio circular, el Coordinador, Obiols, se esforzó por desgranar nuevas ideas al programa marco de los socialistas catalanes. Bajo la consigna "Després de la crisi: reptes i oportunitats" el President de la Generalitat apareció rodeado del antigüo Secretario General y del alcalde de BCN, Jordi Hereu avanzando a pasito de rock y repartiendo besos y abrazos a diestro y siniestro (nada de puños en alto, de monos grasientos, ni de la gallarda entonación de la Internacional) entre señoras y señores de aspecto comunal (entre los asistentes, dijo Obiols, habia junto a militantes socialistas, miembros de CpC, de asociaciones y colectivos que participan habitualmente en los debates de su plataforma) a los que Montilla saludó "Me siento muy orgulloso de contar con vosotros. Hay que ser valientes, la sociedad reclama que se acojan sus propuestas, sus inquietudes y sus críticas"; las primeras figuras del socialismo catalán siguieron atentamente las palabras del mandamás de Barataria, "Quiero propuestas, pero no las de siempre, sino propuestas en las que la gente se sienta reflejada. Y quiero críticas, no quiero un partido monolítico sino dinámico, abierto a los progresistas y dispuesto a dialogar con quien quiera", aunque se cuidarán un muy mucho de llevar a la práctica la literalidad de las mismas. El diseño de la campaña de los socialistas rendirá culto a la personalidad del President Montilla, destacando su perfil institucional y su proyecto, su seriedad y su dignidad protocolaria, aunque si cuajasen incorporaciones de personalidades independientes se acentuaría su capacidad coordinadora de grupos. Dicen los que lo vieron, con aquel verbo afranquistado, que la cumbre de su improvisado discurso estuvo en su alusión poética "la política no puede ser un teatro, pero es una ilusión de la realidad y en eso es un arte comprometido de creación colectiva". Fantástico, Diógenes. Y los socialcatalanistas, barruntando su futuro personal, callados y a la espera del listado electoral y de las nómicas (como debe ser).
domingo, 28 de marzo de 2010
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